El 8 de diciembre de 2012, antes de partir a La Habana para someterse a su última intervención quirúrgica, el presidente Hugo Chávez ratificó la unidad existente entre el Gobierno Bolivariano, el pueblo venezolano y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, quienes a lo largo de 14 años han logrado el fortalecimiento de la Patria venezolana.
En esas palabras, Chávez resaltó la trascendencia del proceso político que vive Venezuela y que se ha logrado junto al pueblo porque “esta Revolución no depende de un sólo hombre, se ha desatado un liderazgo colectivo”, enfatizó.
En ese sentido, instó a todo el pueblo venezolano, a las Fuerzas Armadas y a los miembros del equipo de gobierno a mantenerse bajo el lema “¡Unidad, unidad, unidad! ¡Unidad!”.
“Venezuela ya hoy no es la misma de hace veinte años, de hace cuarenta años. No, no, no. Tenemos un pueblo, tenemos una Fuerza Armada, la unidad nacional”, enfatizó el Jefe de Estado, Hugo Chávez.
A continuación el mensaje que pronunció el presidente Chávez el 8 de diciembre de 2012, desde el Palacio de Miraflores en Caracas:
Presidente Chávez: Sábado 8 de diciembre, nueve y media de la noche, un poquito más ¿no? nueve y treinta y tres, treinta y cuatro…
Diosdado Cabello: Nueve y treinta y tres.
Presidente Chávez: Buenas noches Venezuela, buenas noches a todo el pueblo venezolano, desde este querido recinto, el llamado Despacho uno, de la Presidencia de la República aquí al lado del vicepresidente Nicolás Maduro, al lado del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, la vicepresidenta de Consejo de Ministros para toda el área social, Yadira Córdova, el vicepresidente de Consejo de Ministros para todo lo que es el área económica financiera Jorge Giordani, el vicepresidente del Consejo de Ministros para todo lo que es el desarrollo territorial y vivienda, Rafael Ramírez, el vicepresidente de Consejo de Ministros para el desarrollo económico, productivo, Ricardo Menéndez, los Ministros de Ciencia Y Tecnología, Jorge Arreaza, Ministro De Defensa, el Almirante Diego Molero Bellavia, Bellavia. Por allá el Ministro de Comunicación e Información, la Ministra del Despacho, el General Jefe de la Casa Militar, el ayudante y el batallón de Teresita ¿cómo están muchachos?
—¡Bien!
Buenas noches a todos, buenas noches a todas.
Bueno yo me veo obligado por las circunstancias, ustedes saben mis queridas amigas, mis queridos amigos venezolanas y venezolanos todos, que no es mi estilo un sábado por la noche y menos a esta hora, nueve y media de la noche ¿te acuerdas de aquella película Diosdado?
Diosdado Cabello: ¿Cuál?
Presidente Chávez: Saturday… ¿cómo es?
Diosdado Cabello: Saturday night fever.
Presidente Chávez: Fiebre de sábado por la noche, John Travolta, yo bailaba La lambada compadre, Yadira también la bailaba.
Bailábamos La Lambada, yo recuerdo esa película, tuvo mucho impacto. Hace poco vi una película, Travolta ya con unos años encima pero buen actor, excelente actor, John Travolta ese es el nombre de él, del actor ¿no?
—Sí.
Y Olivia Newton-John ¿te acuerdas? ¡ah! Era el impacto de aquellos años ¿qué? los años 80, los años 70, los años 80, Teresa Maniglia bailaba La Lambada pero divino, yo la vi una vez.
Bueno entonces no es mi estilo una cadena nacional un sábado por la noche, pero obligado por las circunstancias me dirijo a ustedes Pueblo Venezolano, nación venezolana, amigas y amigos todos, compatriotas todos y más allá a los amigos y amigas de otras latitudes.
Como ustedes… como es bien sabido, pues nosotros hemos venido dando además de todas las batallas políticas, económicas, sociales, esta batalla histórica, esta batalla histórica que, bueno, que nos tocó, que nos ha tocado y gracias a Dios que nos tocó, a nosotros nos tocó retomar las banderas de Bolívar, las banderas desgarradas, nos tocó retomar las banderas mancilladas, la bandera patria ésta que aquí está, amarillo, azul y rojo y sus ocho estrellas ahora como mandó Bolívar desde Angostura, ocho estrellas y más allá las banderas del Pueblo, banderas mancilladas, desgarradas, pisoteadas durante, bueno, casi todo el siglo XIX después de la epopeya y durante casi todo el siglo XX y nos tocó a nosotros pues, terminando el siglo XX y comenzando el XXI, comenzó aquí una nueva era, me decía Fidel anteanoche despidiéndonos en La Habana “Bueno Chávez esa llamarada…” la llamarada se hizo, se hizo continente, la llamarada, el fuego sagrado. Fue como una resurrección lo que hemos visto, lo que hemos vivido. Aquí había un continente dormido, un pueblo dormido como muerto y llegó el Lázaro colectivo y se levantó, finales de los 80, los 90, los 90 terminando el siglo XX pues, se levantó aquí en Venezuela una Revolución, se levantó un pueblo y nos ha tocado a nosotros, algunos de nosotros, a muchos de nosotros mujeres, hombres, asumir responsabilidades, asumir papeles de vanguardia, asumir papeles de dirección, de liderazgo por distintas razones civiles, militares y hemos confluido pues, distintas corrientes terminando el siglo y comenzando este siglo.
En Venezuela se desató la última Revolución del siglo XX y la primera del siglo XXI, Revolución que -¿quién lo puede dudar?- ha tenido cuántos impactos en la América Latina, en el Caribe y más allá y más allá y seguirá teniendo impacto. Pues además de todas esas batallas se presentó una adicional, imprevista, repentina para mí y no para mí pues, para todos, para todos nosotros porque tengo la dicha de sentirme acompañado. De no ser un solitario, de no ser un solitario y luego hemos estado enfrentando el problema de la salud con mucha mística, con mucha fe, con mucha esperanza, con mucha dedicación en lo individual, lo familiar, en lo colectivo como una gran familia. Hemos enfrentado además manipulaciones, hemos enfrentado ¿cómo se llama? ¿sí?
Diosdado Cabello: Miseria.
Presidente Chávez: ¡Miseria! Bueno, las miserias “Nada humano me es extraño…” dijo alguien, miserias, etcétera, pero por encima de todo con la frente en alto, con la dignidad incólume. Como pueblo, como nación y yo como individuo, como uno más, uno más de esta gran corriente bolivariana que aquí se desató.
Comenzando el año tuvimos una recaída que fue enfrentada con éxito, sin duda que con gran éxito, un gran éxito por cuanto terminábamos el tratamiento de la radioterapia en mayo y unos días después, apenas estábamos inscribiendo la candidatura a la Presidencia de la República, como recordamos, yo fui uno que insistí y así lo hicimos, insistí, rodando los tiempos, insistí en hacerme todos los chequeos médicos antes de inscribir la candidatura aquí en Venezuela, en Cuba y bueno todos los resultados fueron favorables, si hubiese surgido algún resultado negativo en esos exámenes, tengan ustedes la seguridad que yo no hubiese inscrito y asumido la candidatura presidencial. Afortunadamente esta Revolución no depende de un hombre, hemos pasado etapas nosotros y hoy tenemos un liderazgo colectivo que se ha desplegado por todas partes, a mí me ha dado mucho gusto en estas horas desde nuestra llegada ayer al amanecer casi ya y bueno desde La Habana en los últimos diez días casi, verificar, constatar -una vez más- ese liderazgo colectivo, dígame la campaña para las elecciones de gobernadores, andan desplegados nuestros líderes, nuestros cuadros, hombres, mujeres con un gran fervor patrio y yo les felicito y estoy seguro que escribiremos otra página grandiosa el próximo domingo, el otro ¿no? el 16 de diciembre.
Diosdado Cabello: El 16.
Presidente Chávez: Un fervor participativo, organizativo, con propuestas, con ideas, con altura de debate ¿eh? Un fervor organizativo de las bases populares, de participación, eso nunca se vio aquí ¡jamás! Desde hace mucho tiempo se había visto. Creo que jamás se vio en verdad en casi 200 años.
Bueno, también me ha dado mucho gusto verificar y constatar cómo marcha, como estamos cerrando ciclos. Hicimos un esfuerzo grande para asegurar el pago de aguinaldos, bonificaciones para todos los empleados, trabajadores, trabajadoras, y no sólo del Gobierno central, gobernaciones, alcaldías.
Y, bueno, hay un fervor, además del fervor político electoral, rumbo al 16 de diciembre, bueno un fervor también familiar, navideño, desatado por todas partes. Cómo marchan los proyectos fundamentales del Gobierno, la Misión Vivienda, se entregó la vivienda número 300 mil, allá en el Zulia; el tema económico, el ingreso al Mercosur, la cumbre de Mercosur, todo eso marcha, y marcha a buen paso. Claro, siempre, como aquí mismo lo dije en esta mesa, el tema de las inspecciones, también marchan muy bien las inspecciones, los inspectores, para corregir a tiempo, con mano firme, orientadora.
Allí está la almiranta Carmen, la llaman “la Inspectora”, ¿no? Y andan desplegados los inspectores. Tengo ya bastantes informes y se están tomando medidas correctivas, y hay que seguirlo haciendo, en todos los ámbitos.
Bien, ahora, volviendo al tema central, como decía, comenzó la campaña electoral, una recuperación exitosa, todos aquellos meses de junio, julio más bien, julio; el mes de julio, todos los eventos militares que hicimos, luego la campaña, las giras por el país; luego enfrentamos las inundaciones de Cumanacoa, luego la tragedia de Amuay, terminando agosto; septiembre, el remate de la campaña electoral, las giras, la última avalancha de Sabaneta a Miraflores, el diluvio que nos cayó aquí en las siete avenidas, la avenida Bolívar y siete más, o seis más que se desbordaron de Patria, el Plan de la Patria, las discusiones.
Bueno, si yo no hubiese estado… Digo esto porque por ahí han surgido versiones de que no, de que todo fue un engaño. No, no, no. Enfrenté esa campaña, bueno, con todo mi fervor, como siempre, y acompañado por ese pueblo, fervoroso también, y haciendo pues un esfuerzo, como siempre lo hemos venido haciendo.
Inmediatamente al terminar, o al coronar la victoria del 7 de octubre, la gran victoria del 7 de octubre, a los pocos días me repetí los exámenes, aquí, allá en La Habana, y todo salió bien, todo salió bien.
Sin embargo alguna inflamación, algunos dolores, seguramente producto del esfuerzo de la campaña y del mismo tratamiento de la radioterapia, en una zona que es muy sensible, entonces le empezamos a prestar mucha atención a ello. Yo reduje mis apariciones públicas para enfrentar la problemática, con los médicos, el tratamiento, y bajar los niveles de inflamación y de molestias.
En todo este proceso surgió la recomendación médica de someterme a tratamiento hiperbárico, la cámara hiperbárica. Motivado a esta recomendación para acelerar la recuperación, solicité a la Asamblea Nacional, fue el 27 de noviembre, recuerdo, en carta que está allí, solicité la autorización para ausentarme del país, a la hermana República de Cuba, donde se me ha venido siguiendo pues todo este proceso, para seguir el tratamiento hiperbárico. Salimos el 27 y el 28 comenzamos en la cámara hiperbárica.
Fueron varios días de tratamiento, de seguimiento, sin embargo por algunos otros síntomas decidimos, con el equipo médico, adelantar exámenes, adelantar una revisión, una nueva revisión exhaustiva, y bueno lamentablemente, así lo digo al país, en esa revisión exhaustiva surge la presencia, en la misma área afectada, de algunas células malignas nuevamente.
Eso nos ha obligado a revisar, a revisar el diagnóstico, la evolución del tratamiento, a consultar expertos, y se ha decidido, es necesario; es absolutamente necesario, es absolutamente imprescindible someterme a una nueva intervención quirúrgica. Y eso debe ocurrir en los próximos días. Incluso les digo que los médicos recomendaban que fuese ayer, ayer; a más tardar ayer, o este fin de semana. Yo dije: No. No, en verdad yo solicité permiso para el tratamiento hiperbárico, se presenta esto y yo quiero ir allá, yo necesito ir a Venezuela.
Y vine fue a esto, ¿ves?, llegamos ayer de madrugada, Fidel estuvo muy pendiente, Raúl, nos reunimos, evaluamos. Ayer descansamos un poco, revisamos documentos, por ahí firmé unas cartas que estaban pendientes, unas designaciones de embajadores, unos recursos del Fondo Chino, el informe de Mercosur, del viaje que hizo Rafael Ramírez con Menéndez a la reunión del Mercosur; la Comisión Mixta a Pekín, que fue muy exitosa también, allí estuvieron Giordani con Rafael y Edmée también estuvo, un equipo; Asdrúbal. Cuando no, Asdrúbal… China, allá está Asdrúbal, ¿ves?
Bueno, todo lo que es el proceso de las alianzas estratégicas, que esa es otra cosa que aquí no había, Venezuela en Mercosur, imagínate. Venezuela alianza estratégica con China, con Rusia, y con muchos otros países del mundo. El ALBA, la Celac, son estas cosas que han ocurrido, que han venido ocurriendo, paso a paso, como producto de esta revolución que se desató en América Latina.
Bueno, yo decidí venir, haciendo un esfuerzo adicional en verdad, porque bueno los dolores son de alguna importancia. Pero, bueno, con el tratamiento, calmantes, estamos en una fase preoperatoria, preparando todo. Yo necesito, debo retornar a La Habana mañana, así que aquí tengo la carta de solicitud a la Asamblea Nacional, al presidente aquí presente, el compañero Diosdado Cabello, voy aprovechar para firmarla de una vez, para que por favor la soberana Asamblea Nacional me autorice a ausentarme ahora —aquí está explicado— con el objetivo de la nueva intervención quirúrgica.
Denme un minuto, por favor, unos segundos. Correcto. Ya está firmado.
Hago entrega de la solicitud, señor Presidente, para ir a enfrentar esta nueva batalla. Con el favor de Dios, como en las ocasiones anteriores, saldremos victoriosos, saldremos adelante. Tengo plena fe en ello, y bueno como hace tiempo estoy aferrado a Cristo, el Cristo… Uno siempre ha vivido de milagro en milagro, siempre he dicho yo. Llegamos al 4 de febrero como de milagro.
¡Ah!, Molero, eso fue como de milagro. Después de tantos años, de tantos ires y venires. Cuántos años y cuántos… Recuerdo los días de teniente, ya andábamos nosotros allá en los Blindados de Maracay, metidos atrás en el polígono, reuniéndonos, entre tanques y soldados. Y allá en los paracaidistas, en San Jacinto, en La Placera al fondo, allá nos íbamos a trotar, éramos tenientes, tenientes. 25 años, 26 años. Y, bueno, fue como de milagro llegar al 4 de febrero. Y fue como de milagro llegar aquí. 27 de noviembre después, y llegar aquí a esta casa del pueblo. Fue como de milagro el 11 de abril, 12 de abril, 13 de abril; eso fue como un milagro, fue un milagro. Yo sigo aferrado a ese milagro.
Ahora, en todo caso, en todo caso; a pesar de que todo se planifica bien, los detalles de esta nueva batalla, sin embargo en todos procesos hay riesgos, quién puede negarlo, en toda operación, y de este tipo ¿no?, y contra este mal implica un riesgo, implica un riesgo; eso es innegable. Y tenemos nosotros la dicha, ya lo dije hace rato, y ayer en la madrugada, creo que fue el almirante Molero que me lo decía ahí en Maiquetía, tenemos Patria hoy, tenemos Patria.
Venezuela ya hoy no es la misma de hace veinte años, de hace cuarenta años. No, no, no. Tenemos un pueblo, tenemos una Fuerza Armada, la unidad nacional. Si en algo debo insistir en este nuevo escenario, en esta nueva batalla, en este nuevo trance —diría un llanero por allá— bueno es en fortalecer la unidad nacional, la unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la Fuerza Armada, mis queridos soldados, camaradas, compañeros; la unidad del Ejército, mi Ejército, mi amado Ejército. El Ejército, la Marina, mi amada Marina. Digo porque los adversarios, los enemigos del país no descasan ni descansarán en la intriga, en trata de dividir, y sobre todo aprovechando circunstancias como estas, pues.
Entonces, ¿cuál es nuestra respuesta? Unidad, unidad y más unidad. ¡Esa debe ser nuestra divisa! Mi amada Fuerza Aérea, mi amada Guardia Nacional, mi amada Milicia. ¡La unidad, la unidad, la unidad!
El Partido Socialista Unido de Venezuela, los partidos aliados, el Gran Polo Patriótico, las corrientes populares revolucionarias, las corrientes nacionalistas. ¡Unidad, unidad, unidad! ¡Unidad!
Decía Bolívar: “Unámonos o la anarquía nos devorará, sólo la unidad nos falta —dijo después, o antes había dicho— para completar la obra de nuestra regeneración…”.
Al respecto, porque no quiero alargar mucho estas palabras, ya son casi las diez de la noche, al respecto, como está previsto en la Constitución, allí está todo previsto, una vez que se me autorice salir del país, pues es el vicepresidente, el compañero Nicolás Maduro, un hombre revolucionario a carta cabal, un hombre de una gran experiencia, a pesar de su juventud; de una gran dedicación al trabajo, una gran capacidad para el trabajo, para la conducción de grupos, para manejar las situaciones más difíciles. Lo he visto, lo hemos visto.
¿Cuántos años tienes tú de canciller, Nicolás?
Nicolás Maduro: Seis años y tres meses.
Presidente Chávez: Seis años y tres meses.
¡Cuánto, cuánto…! En cuántas situaciones, en cuántas circunstancias hemos visto, y yo en lo personal, a Nicolás, acompañarme en esta difícil tarea, allí y en distintos frentes de batalla.
Pues, él queda al frente de la Vicepresidencia ejecutiva de la República, como siempre hemos hecho en permanente contacto. Pero yo quiero decir algo, quiero decir algo, aunque suene duro, pero yo quiero y debo decirlo, debo decirlo. Si como dice la Constitución, cómo es que dice, si se presentara alguna circunstancia sobrevenida, así dice la Constitución, que a mí me inhabilite, óigaseme bien, para continuar al frente de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, bien sea para terminar, en los pocos días que quedan… ¿Cuánto?, ¿un mes? Hoy es… Sí, un mes, un mes.
Diosdado Cabello: Treinta y dos días.
Presidente Chávez: Y sobre todo para asumir el nuevo período para el cual fui electo por ustedes, por la gran mayoría de ustedes, si algo ocurriera, repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir, como manda la Constitución, el período; sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que —en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales— ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón.
Es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera —Dios sabe lo que hace—, si es que yo no pudiera, continuar con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente, con su inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su liderazgo, al frente de la Presidencia de la República, dirigiendo, junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, los destino de esta Patria.
Algunos compañeros me decían que no hacía falta, o han opinado en estas últimas horas, que no hacía falta decir esto. Pero en verdad yo he podido desde La Habana decir casi todas las cosas que he dicho esta noche, en esta media hora casi, pero yo creo que lo más importante, lo que desde mi alma, desde mi corazón me dicta la conciencia, lo más importante, o de lo más importante que yo vine aquí, haciendo el esfuerzo del viaje, para retornar mañana, una vez se me conceda el permiso, ha sido esto, Nicolás, de lo más importante, de lo más importante.
Y en cualquier circunstancias nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa de esta Revolución, construyendo la democracia nueva, que aquí está ordenada por el pueblo en Constituyente; construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades, que se están demostrando una vez más en esta campaña electoral para gobernadores, con candidaturas por aquí y candidaturas por allá. Libertades. En plenas libertades.
En el marco de este mensaje, que por supuesto jamás hubiese querido transmitirles a ustedes, porque me da mucho dolor en verdad que esta situación cause dolor, cause angustia a millones de ustedes, pues, que hemos venido conformando una sólida… un solo ente, porque como decíamos y decimos, ya en verdad Chávez no es este ser humano solamente, Chávez es un gran colectivo, como decía el eslogan de la campaña: ¡Chávez, corazón del pueblo! Y el pueblo está aquí en el corazón de Chávez.
Y menos aún en estos días de Navidad. Pero, bueno, así son las circunstancias de la vida. Yo, sin embargo, aferrado a Cristo, aferrado a mi Señor, aferrado a la esperanza y a la fe, espero -así lo pido a Dios- darles buenas noticias en los próximos días y que podamos juntos seguir construyendo lo que ahora sí tenemos pero que debemos seguirlo construyendo. Tenemos Patria, tenemos una Patria ¡cuanto costó, cuanto costó recuperarla! Revivirla, levantarnos con ella entre dolores, entre pesares, recordemos cuanto ha costado, cuanto nos ha costado a millones, a millones. Nunca olvidaré o mejor dicho, recuerdo en este momento aquella frase de Simón Bolívar, el Padre Bolívar cuando en los últimos días de su batalla física en este mundo, le decía a Urdaneta, al general Urdaneta “Yo no tengo patria a la cual seguir haciendo el sacrificio…” ¿ve? Y lo echaron y lo vilipendiaron y lo vejaron “Mis enemigos me quitaron la Patria…” dijo, hoy: Gracias a Dios, Padre Bolívar, cuán distinta es la situación para todos nosotros hombres y mujeres. Hoy sí tenemos Patria y es la tuya Bolívar, es la que tú comenzaste a labrar, a labrar junto a millones de hombres y mujeres hace 200 años y antes habían comenzado también a labrarla, hoy es Día de Guaicaipuro, nuestros hermanos aborígenes en su lucha, en su resistencia, 500 años de lucha. Hoy, por fin, después de tanta lucha tenemos Patria a la cual seguir haciendo el sacrificio, desde mi corazón de patriota reitero mi llamado a todos los patriotas de Venezuela y a todas las patriotas de Venezuela, porque, bueno, somos revolucionarios, somos socialistas, somos humanos, somos muchas cosas pero en esencia, patriotas, patriotas y cada vez que yo hablo del patriota, recuerdo aquella canción, vieja canción de los solados tanquistas de Venezuela que aprendí de casi niño todavía ya aquí la llevo en el alma, “Al rumor de clarines guerrero, ocurre el blindado, ocurre veloz, con celoso dragones de acero que guardan la Patria, que el cielo nos dio, patria, patria, patria querida tuyo es mi cielo, tuyo es mi sol, patria, tuya es mi vida, tuya es mi alma, tuyo es mi amor”
Tuya Patria, la Patria ¡hoy tenemos Patria! Y pase lo que pase en cualquier circunstancia seguiremos teniendo Patria, Patria perpetua -dijo Borges- Patria para siempre, Patria para nuestros hijos, Patria para nuestras hijas, Patria, Patria, la Patria. Patriotas de Venezuela, hombres y mujeres: Rodilla en tierra, unidad, unidad, unidad de los patriotas. No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria.
Nicolás allá está la Espada de Bolívar, a ver si la pueden traer. La Espada de Bolívar, la espada del Perú, la que le dieron a Bolívar en el Perú 1824, bueno, delante de esa espada juramos ¿eh? Delante de esa espada juramos, delante de esta bandera juramos, delante de Dios, delante de nuestro Pueblo. Estaremos muy pendientes y pido todo el apoyo, todo el apoyo del Pueblo y de todas las corrientes y de todos los sectores de la vida nacional, de los patriotas de Venezuela, civiles, militares, hombres, mujeres ¿eh? En estas circunstancias, todo el apoyo, bueno, en primer lugar para el Gobierno Revolucionario en esta coyuntura, continuar arreciando la marcha rumbo a lo que ya está ahí en el horizonte, la gran victoria del 16 ¿no es? 16 de diciembre, las gobernaciones de todo el país y el apoyo, la unidad ante las decisiones que tengamos que ir tomando en los próximos días, en las próximas semanas, en los próximos meses. Sea como sea y con esto termino, hoy tenemos Patria, que nadie se equivoque. Hoy tenemos Pueblo, que nadie se equivoque. Hoy tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado. Sólo me resta decirles, con las buenas noches a las diez y diez minutos de esta noche del sábado ¡Hasta la victoria siempre!
—¡Siempre!
Independencia y Patria Socialista, viviremos…
—Y venceremos.
Y venceremos. Viva Venezuela.
—¡Viva! Aplausos. ¡Viva Chávez!
¡Que viva!