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martes, 26 de marzo de 2013

La historia podría juzgar a la Jerarquía Católica venezolana

25/03/13.-El mandatario Nicolás Maduro sostiene que el Presidente está con Cristo, tema que puede ser polémico para la jerarquía de la Iglesia católica, públicamente distanciada de la Revolución Bolivariana. “Yo conozco gente de nuestras comunidades que ha muerto y no tengo la menor duda de que están con Cristo. Yo no tengo la menor duda tampoco de que el Presidente está con Cristo”, expresó. “Es una afirmación cristiana”.

Para Molina, el problema es que hay sectores que no quieren entender que el cristianismo “es una religión de seguimiento, “es un camino que se hace siguiendo las huellas del maestro, siguiendo a Jesús”.

Asevera que “cuando Jesús habla de la vivencia más allá de la muerte, es que el modo de que el ser humano se eternice en el tiempo es donándose. Si no, pregúntense qué pasó con esos grandes millonarios que han muerto”, que pasaron la vida “enredados viendo cuánto dinero más podían tener”. Reafirma que, efectivamente, Chávez se donó a Venezuela.
 
FUE UN PROFETA CAPAZ DE ALZAR LA VOZ POR LOS EXCLUIDOS

El padre Numa Molina plantea que “Chávez fue profeta”, porque “el profetismo está unido al seguimiento de Jesús”. Recuerda también que los profetas “a lo largo de la historia han sido incómodos”, y la Biblia así lo refleja.

El Comandante es un profeta “porque denunció cosas muy fuertes. Fue la voz de los pueblos marginados del Tercer Mundo, de los pueblos olvidados y excluidos”. Por ejemplo, se puso al lado de Palestina y de las mayorías empobrecidas de América Latina, se manifestó contra el ALCA y abogó por la unión de América Latina. “El mundo veía en él una voz potente, fuerte, capaz de decir verdades”.

En el mundo del cristianismo hay muchos “ensayos” de profeta, pero Chávez, en cambio, “fue capaz de hablar” en momentos cruciales para el mundo.
 
EL JEFE DE ESTADO ENTENDIÓ LA POLÍTICA COMO MEDIO PARA HACER EL BIEN

El padre Numa Molina invitó al pueblo a no volver a rememorar el mal “y abonar la herida”, sino a “sanar la herida” y tomar “todo lo positivo de este proyecto” bolivariano para seguir caminando en favor de los más necesitados.

Para Molina, es mucho lo que Venezuela, en estos 14 años, ha ganado en amor. “El pueblo venezolano aprendió a quererse”, sostuvo.

El religioso Pedro Casaldáliga dice que, cuando la política se entiende como una herramienta para hacer el bien, es un medio para alcanzar la santidad. “Así lo vio Chávez: la política como un medio para hacer bien a la gente. La prueba está a la vista”.
 LA HISTORIA PODRÍA JUZGAR A LA JERARQUÍA CATÓLICA VENEZOLANA

La relación entre la jerarquía católica y el presidente Nicolás Maduro “dependerá de los dos actores”, señala el padre Numa Molina. Sin embargo, el padre remarca que la Iglesia debe preguntarse si interpretó correctamente al Comandante.

El sacerdote insiste en que “una de las cosas que hay que tener claras es que el presidente Chávez fue católico que se mantuvo católico hasta el final; a pesar de las dificultades que tuvo con la iglesia jerárquica se mantuvo católico hasta el final, y lo decía, y lo decía con mucho orgullo”.

Molina se hace una pregunta: pasó un católico “con un nivel de compromiso muy grande por Venezuela. ¿Cómo lo valoramos? ¿Cómo lo valora la jerarquía? ¿Acaso no nos irá a juzgar la historia?”.

Indicó que los sacerdotes y obispos “estamos llamados, como pastores”, a “estar muy atentos de los signos de los tiempos” y “a descubrir y ver cuándo el bien y el reino acontece para no ir a cortar la cizaña con el trigo”.

El signo de estos tiempos, especialmente en América Latina, “es el despertar de los pueblos reclamando liberación, reclamando los derechos que, durante tantos años, les habían sido negados”.

Para muestra, un botón: solo el nombre que el comandante Chávez les puso a los programas sociales (misiones) es “muy evangélico”. El Comandante “vio que el reino había que comenzar a construirlo por allí”.

Consultado acerca de las razones por las que la jerarquía de la Iglesia católica no acompañó al Presidente, Molina advirtió que “al mucho se le dio mucho se le exigirá”, y explicó que siempre se debe discernir la historia y encontrar a Dios en todas las cosas. “Si yo no voy con esa mirada abierta a encontrar a Dios en lo que ocurre a mi alrededor y en la historia, es muy posible que un acontecimiento como el acontecimiento Chávez pase por la historia, y yo, que me llamo cristiano, no caigo en la cuenta, no me entero de que eso tiene que ver con el evangelio”, con los errores que pueda haber.

Molina señala que su relación -como sacerdote del pueblo- con la jerarquía católica es “de fraternidad muy crítica”. Dice que ha sido respetado, y que él también ha respetado.

“El hecho de que yo piense distinto no significa que le falte el respeto a una persona. Tengo derecho a pensar distinto, y a pensar distinto desde lo que soy como cristiano, porque el tema de que yo sea cristiano no me obliga a que tengo que amoldarme al modo de pensar que tiene el otro”, manifestó. Mucho más, “si en mis ratos de oración y en mi tiempo de discernimiento lo que el evangelio me dice” es que “voy por el camino correcto interpretando la historia”.
 LA SEMANA SANTA ES TIEMPO PARA DEJAR ATRÁS EL EGOÍSMO

La Semana Santa no es un evento más, insistió el padre Numa Molina. “Justamente porque la hemos convertido en un evento es que hemos celebrado tantas semanas santas que no nos han hecho mella, que no han cambiado a la humanidad”, aseveró.

Afirmó que las cristianas y los cristianos no cumplen con la conversión de la que habla el evangelio “si seguimos siendo los mismos egoístas de siempre” con los armarios llenos de cosas que no se utilizan “mientras hay pobres que las necesitan”.

“Si el egoísmo sigue igual, ¿para qué ponerse la ceniza? ¿Para qué celebrar Cuaresma? ¿Para qué el ayuno?”, se preguntó.

El sacerdote recordó que el miércoles se celebrará la procesión del Nazareno, con miles de personas; los días jueves y viernes miles de personas visitan los siete templos.

“Pareciera que la Semana Santa termina ahí. Nos quedamos con el Jesús muerto, y resulta que el Jesús resucitado no lo vivimos. Se nos inculcó muchísimo un Jesús muerto, un Jesús sufriente, y no se dio el paso a la resurrección”, reflexionó.