domingo, 28 de abril de 2013

´Ojalá tuviéramos un Hugo Chávez en España´

Radio Comunitaria Canaima

Willy Toledo participa en «Diamantes negros».
Willy Toledo participa en «Diamantes negros». 
Película comprometida, de denuncia social, en la que encarna a un tipo que ficha a niños africanos ofreciéndoles El Dorado del fútbol europeo...
Mi personaje es uno de los intermediarios entre los grandes clubes y los chavales de África a los que se les engaña. Dentro del mercado internacional de tráfico de seres humanos, del que siempre han participado los países europeos, la película habla de una parcela en concreto: que es el tráfico de menores de edad a los que se les arranca de sus países diciéndoles que tienen aptitudes para triunfar en equipos como el Real Madrid, el Paris Saint-Germain o el Borussia Dortmund. Son traídos aquí y, una vez que el 99,9% de ellos no consiguen sus objetivos, son abandonados en las calles de las ciudades europeas sin posibilidad de retorno. Y todo esto, en beneficio de los grandes clubes de fútbol que, aunque sea de manera indirecta, participan de este mercado de seres humanos. Creíamos que era fundamental hacer esta película y mostrarle a los aficionados al fútbol el submundo que existe debajo del césped de los campos de fútbol.
Un ejemplo más de cómo somos capaces de cualquier cosa con tal de obtener triunfos deportivos o beneficios económicos...
Absolutamente. Y hay mucho de política detrás. El fútbol es política pura y dura. Aunque muchos digan que hay que separar el fútbol de la política, son precisamente los políticos los que más utilizan el fútbol como arma arrojadiza.
¿Cree que el arte debe ser comprometido?
En cierta manera, sí. El arte y los artistas tienen que comprometerse con el tiempo que les ha tocado vivir. En mi caso, lo que busco como actor es implicarme en proyectos que, además de matar el gusanillo que tenemos los actores de crear personajes y vivir otras vidas de ficción, tengan un punto de apego a la realidad. Y, en la medida de lo posible, ayudar a denunciar y sacar a la luz casos como el de los chavales futbolistas.
La realidad de la que habla Diamantes negros asusta mucho más porque nunca se ha informado sobre ella. Todos sabemos que hay pobreza, prostitución... Pero no un mercado de niños futbolistas.
Es un mercado completamente desconocido. Yo mismo no tenía ni idea de que esto estaba pasando. Una vez más se comenten injusticias y barbaridades en nombre del fútbol. Del sacrosanto fútbol, que nos tiene absolutamente idiotizados. Recuerdo que la manifestación más grande que hubo en la historia de la ciudad de Vigo fue porque querían descender al Celta a segunda división. No porque nos quitaran la salud, la educación, la cultura, la libertad... No. Aquí lo que nos jode es que nuestro equipo baje a segunda. Y eso está fomentado por los medios de comunicación. Es imposible encender una televisión sin que te tengas que tragar cómo un jugador sale del entrenamiento en su coche; algo que, creo, no nos interesa lo más mínimo. Hay toda una estrategia mediática y política alrededor del fútbol para, por ejemplo, hacernos creer que es un drama ciudadano, incluso nacional, que el Málaga no haya conseguido pasar a las semifinales de la Champions.
Sus declaraciones políticas son la diana preferida de muchos. ¿No siente a veces que su personaje político ha llegado demasiado lejos?
Alguien me decía, con muy poco respeto, que a mí lo que me gusta es darle al piquito. No. Yo ejerzo mi derecho a la libertad de expresión. Punto. Al piquito le dan los que están en Intereconomía, que no paran de mentir, insultar y de llamar al fascismo puro y duro. Yo, como ciudadano, tengo el deseo y la obligación de implicarme con lo que está pasando en la calle porque eso también me está pasando a mí. Mi oficio es ser actor, pero mi condición política es la ciudadanía. Y cuando le impiden a los trabajadores inmigrantes entrar a un hospital porque no tienen papeles o cuando la policía de la de hostias a un chaval en la calle o en comisaría, a mí me afecta. Porque no estoy dispuesto a vivir en un país en el que eso pasa. Yo no sé si hay un personaje alrededor. Yo soy yo y digo lo que creo que tengo que decir.
¿Y no hay mañanas en las que se siente agotado? ¿No le desgasta el combate?
Claro, el combate desgasta. El combate es duro. Pero yo me implico porque el combate lo estamos perdiendo por goleada. Hace unos meses, uno de los tipos más ricos del mundo, Warren Buffett, declaró textualmente: «Estamos inmersos en una guerra de clases y de momento la estamos ganando los ricos». Bueno, pues yo no estoy de su lado. Estoy del otro. Y hay una trinchera. Y yo estoy en la trinchera de los que estamos perdiendo la guerra. Y en ella seguiré toda mi vida. Hasta que ganemos.
¿Cree que el futuro de España pasa por la república?
Me imagino que sí. Una monarquía es algo tan anacrónico, medieval, tan feudalista y tan inaceptable dentro de una democracia que tendrá que cambiar. Pero la república como tal no es una panacea de nada. Francia es una república y hace dos años Sarkozy metió a 30.000 gitanos en un tren y los expulsó del país, como hacían los nazis. Una república socialista de los trabajadores sí es una solución para España y para el mundo entero.
¿Qué le pasa con Hugo Chávez?
Que le echo de menos. Yo y los pueblos pobres del planeta echamos de menos a un tipo que consiguió revertir una situación en Venezuela en la que había una pequeñísima élite de millonarios y una grandísima mayoría de personas, nada menos que el 50%, que no tenían la condición de ciudadanos. Chávez consiguió hacer visible al 50% de la población de Venezuela que era invisible. Ojalá tuviéramos en España a un Hugo Chávez.
@jesuszotano

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