lunes, 21 de mayo de 2012

No les perdamos la vista


Héctor Agüero


El pasado viernes 11 de mayo, a las diez de la noche, el Presidente de la República arribó al aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Bajó la escalera mecánica, pronunció una alocución dirigida a las venezolanas y a los venezolanos, pasó revista en compañía del Vicepresidente Elías Jaua y del Alto Mando Militar a los efectivos de tropa de la Fuerza Armada Bolivariana presentes en la Rampa N° 4 y luego prosiguió viaje hacia Caracas.



Una vez más el líder indiscutible del proceso revolucionario bolivariano había vencido a sus detractores.



Durante los últimos días los laboratorios de guerra sucia del majunchismo se dedicaron a propalar los rumores más descabellados acerca de la salud del Camarada Presidente. Doctos expertos en medicina adeca, copeyana y cuartorrepublicanos, chimbos todos, exponían con lujos de detalles y grandilocuencia propia de los charlatanes sus elucubraciones. Ese viernes el paroxismo de los desesperados opositores llegó a extremos de caricatura bajo una lluvia pertinaz que cayó en el Distrito Capital, aunado al hecho de ser quincena y víspera del dia de las Madres.



Este apocalipsis mediático y artificial se esfumó con la presencia y el tono mesurado y equilibrado del mensaje del Jefe de Estado quien informó al país acerca de la positiva evolución del tratamiento médico que recibe en la hermana isla de Cuba y se dirigió a los sectores sensatos de la oposición; “ hago un llamado a los sectores racionales de la oposición a que respeten la Constitución, a que respeten las Leyes, a que respeten a sus propios militantes, a que detengan el majunchismo desesperado”, dijo el comandante Chávez Frías haciendo hincapié en que afortunadamente los grupos desestabilizadores constituyen una minoría pero que cuentan con recursos económicos y políticos poderosos.



Es indudable que el incoloro candidato de los ricos ha sido secuestrado por la ultraderecha rabiosa y belicosa. El reciente viaje a Bogotá de este personaje junto a gente cercana a la secta neonazi, Tradición Familia y Propiedad para buscar el padrinazgo y el financiamiento de Uribe El Pacificador presagia una campaña electoral violenta.



La derecha busca el auxilio foráneo para armar todas las trampas posibles con el propósito de provocar al movimiento revolucionario. Los compinches neogranadinos del candidato majunche son conocidos por haber violentado la legalidad de la hermana república durante mucho tiempo y están acostumbrados al sicariato, al empleo de la fuerza. No razonan. El perfil de Alvaro Uribe es inquietante. Sus vínculos con el narcotráfico, los paramilitares, los falsos positivos, y otras atrocidades son hechos que nadie puede negar y son del dominio público. Basta saber que más del 50 por ciento del anterior Congreso de la República de Colombia, el uribismo más puro, se encuentra tras las rejas por acusaciones judiciales en la llamada Parapolítica Colombiana, que tuvo como eje principal el llamado Acuerdo de Ralito donde el Partido de la U (Uribe) negoció la entrega de los paramilitares en condiciones tan escandalosos que a finales de cuenta resultó una farsa y una burla a las víctimas de sus monstruosidades. Todo quedó igual.



Esa es la gente que la ultraderecha sueña como aliados para oprimir a Venezuela. Esa gente solo conoce la violencia como instrumento de lucha. Son salvajes, despiadados y están cargados de odio contra todo lo que sea Pueblo, Soberanía y Patria. Tanto allá como aquí.



Razón tiene el Camarada Hugo Chávez cuando lanza la alerta: “No les perdamos de vista”. Ojo con estos grupos desesperados, con rabia oligárquica porque el candidato del pueblo, el líder indiscutible de los venezolanos, lo aplasta no solo en las encuestas sino también en la simpatía popular.

Ojo pelao.

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