viernes, 1 de marzo de 2013

El mundo necesita un Papa socialista, que ayude a los pobres, Como Jesuscristo


El Padre Numa Molina

EL PADRE NUMA MOLINA

Caracas , marzo 1º - Después de la renuncia del Papa Benedicto XVI, la iglesia católica debe renovarse con un nuevo Papa que sea capaz de levantar la voz a favor de los pobres y de los oprimidos, señaló este viernes el padre Numa Molina.

"Necesitamos un papa profeta, en favor de los pueblos oprimidos. Un Papa que tenga vigor para estar viajando por el mundo, pero no para reforzar la cultura casi hegemónica de la iglesia, sino para identificarse con la cultura de los pueblos", explicó el padre.

Sostuvo además, que es fundamental para la teología cristiana insertarse en medio de los pueblos y esto, dijo, es lo que están reclamando los pueblos de América Latina desde los movimientos políticos.

"La cosa más interesante es que esto que se ha levantado en América Latina no es ajeno al cristianismo, sino que surge en un caldo de cultivo cristiano que aumentó con la teología de la liberación latinoamericana", comentó Molina.

En este sentido, destacó que hoy se necesita un Papa profético, ya que un profeta es quien anuncia y denuncia. "Un profeta es quien al mirar la realidad es capaz de avizorar la historia venidera también basándose en lo que la historia cuenta".

Asimismo, indicó que un Papa profeta sería capaz de mirar los errores que ha tenido la iglesia católica como institución.

Durante su participación en el programa Toda Venezuela, transmitido por Venezolana de Televisión, refirió que también será fundamental apostar por una iglesia samaritana que se ponga al lado del camino de los heridos. "Necesitamos una figura de alguien que camine con esa humanidad. Necesitamos un pastor", enfatizó.

El papa Benedicto XVI, estuvo frente de la iglesia católica hasta este jueves, cuando ofreció un último mensaje a los cardenales de la curia y arzobispos que han viajado a Roma, Italia, para participar en el próximo cónclave y prometió obedecer al próximo Sumo Pontífice.

Benedicto XVI anunció su renuncia el 11 de febrero pasado. Justificó esta acción por la falta de "fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino".

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