Por: Lucía Berbeo
El Jefe de Estado es el primer comunicador social del país que ha hecho de la comunicación un apostolado, mientras la canalla opositora hizo de la comunicación un negocio redondo al escudarse detrás de los medios para defender sus mezquinos intereses a fin de utilizarlos como plataforma para conquista el poder.
“El Comandante Hugo Chávez le dio un giro de 180º a la comunicación, al proceso comunicacional y al ejercicio del periodismo, ya que rescató al periodismo de la superficialidad a que lo había reducido la IV República, pues le dio un contenido político, ideológico y espiritual; sí espiritual porque por primera vez se nombró a Dios en los medios sin tapujos. Así lo destacó, la periodista y analista político, Martha Yadira Rodríguez, en el marco de la conmemoración este 27 del Día Nacional del Periodista, fecha acordada por la Asociación Venezolana de Periodistas en apoyo a la propuesta de Guillermo García Ponce.
Durante la entrevista que dispensó, subrayó que con “la Revolución Bolivariana y Socialista se redimensionó el canal del Estado VTV, nació Vive Tv y periódicos como Diario Vea, donde la verdad es dicha, además la gente por primera vez comenzó a ocupar páginas y páginas de un medio sin tener que usar como pasaporte la muerte, el robo o la tragedia. Desde hace 13 años el pueblo es el protagonista”.
Recordó que antes del Proceso las escuelas de periodismo se convirtieron en la plataforma utilizada por muchos jóvenes para acceder a la pantalla chica, lo cual desvirtuó en parte el ejercicio de la profesión, transformándolo en un oficio frívolo.
Al ser consultada sobre la campaña que ha emprendido algunos organismos internacionales al señalar que en Venezuela no hay libertad de expresión, recordó Rodríguez, que en el país hay marcos jurídicos que lo consagran como es la Carta Magna, además las leyes que rigen esta materia como la de Responsabilidad Social en Radio y Televisión acuerdan el respeto a la libertad de expresión y el derecho a estar informado veraz y objetivamente. “Muchas críticas de la derecha apuntan a que el Presidente Hugo Chávez no respeta la libertad de expresión en Venezuela, pero esas críticas se caen por sí mismas cuando la realidad venezolana es que nunca antes había existido tanta libertad de prensa en este país, nadie había sido tan ofendido y vilipendiado antes como el actual mandatario”, aclaró.
En tal sentido, la comunicadora responde a los organismos que “no hay más ciego que el que no quiere ver. Dicho de otra forma: es más fácil despertar a alguien que está dormido, que aquel que se está haciendo el dormido. Dice el periodista y abogado, José Vicente Rangel, con toda la razón que actualmente la labor de los medios de comunicación está ampliamente cuestionada por haberse convertido en una estructura de poder manejada por intereses económicos, pero también los organismos internacionales que protegen a estos medios son una estructura de poder manejada por los mismos intereses capitalistas”.
Ante la cruzada que ha emprendido los medios de la derecha sobre el estado de salud del Presidente Chávez, expresó la analista que esta campaña mediática “es el fiel reflejo de su práctica cotidiana: Mentir, mentir y mentir. La oligarquía fascista es despiadada, sanguinaria y perversa. Es un demonio que tiene la forma capital, su objetivo es confundir y provocar zozobra en la población para debilitar las fuerzas revolucionarias; pero el pueblo es sabio y paciente, pues tiene a Dios de su lado”.
Esta venezolana se define como una feminista y por ende revolucionaria, militante de la izquierda ha participado activamente con las comunidades y tuvo como centro de operaciones la Junta Parroquial de El Valle, donde desarrolló un novedoso modelo de organización de base llamado Coordinadoras Vecinales, el cual contó con el impulso y el apoyo del José Khan, “El Chino”, también indujo las Asambleas comunitarias.
“Éstas tuvieron un doble papel: por un lado vinieron a sustituir las Juntas de Vecinos de la Cuarta República, cuyos integrantes eran una especie de caciques, a través de los cuales en gobiernos de AD y COPEI repartían los zinc y las máquinas de coser portátiles y por otro lado las coordinadoras vecinales dieron paso a los consejos comunales, en ellas los vecinos se conocieron, aprendieron a trabajar en equipo y se entrenaron para la participación protagónica que establece la Constitución; de estas organizaciones de base surgieron los primeros comités de Salud y de Tierras”, apuntó Martha Yadira.
Asimismo, impulsó la creación de la Asamblea Parroquial Constituyente, en Caracas fue la primera experiencia de su tipo, además coordinó sus actividades por más de un año y medio. “De allí salieron los candidatos del circuito El Valle a la Asamblea Constituyente y se hicieron muchos aportes para la redacción de la nueva Carta Magna”.
-¿En la actualidad qué le falta al periodismo en Venezuela?
- Se lo voy a responder con una frase muy venezolana: sólo le falta sarna para rascarse, porque realmente el periodismo en el país lo tiene todo y pudiéramos vivir en perfecta armonía, pues las condiciones están dadas: hay libertad de expresión, fuentes informativas confiables y un Jefe de Estado que es el primer comunicador social del país, que ha hecho de la comunicación un apostolado, que respeta a los medios y le está dando un apoyo tremendo a los medios de comunicación comunitarios. El problema está en la canalla oposición que hizo de la comunicación un negocio redondo, al escudarse detrás de los medios para defender sus mezquinos intereses y utilizarlos como plataforma para la conquista del poder.
- ¿Martha Yadira para culminar consideras qué el periodismo es el mejor oficio del mundo como una vez lo dijo el célebre escritor colombiano, Gabriel García Márquez?
- Eso depende del cristal con que se mire; para gustos se hicieron los colores, y no sé qué términos engloba él con la palabra “mejor”. Pudiera ser un pasaporte para el éxito o un reto para la creatividad, pero para mí es un oficio peligroso, de mucha responsabilidad, porque tienes en tus manos la imagen, el nombre y el prestigio de terceros y la credibilidad del público, a quien uno se debe como profesional y quien demanda respeto.
• La autora es periodista, analista político en Venezuela y colaboradora de CLARIN de Colombia