Autor: Luis Alfonso Mena S.*
¿A quién le “sirve” el atentado terrorista de este martes 15 de mayo, que rechazamos sin rodeos, y que causó la muerte de dos colombianos y dejó 28 heridos en Bogotá, entre ellos al ex ministro Fernando Londoño?
Todo indica que a la ultraderecha, que lo pudo haber cometida enfundada en cualquiera de sus variados ropajes: de paramilitares, “Bacrim”, latifundistas, políticos enceguecidos…
Claramente es un hecho que está utilizando un sector recalcitrante del establecimiento, que en el plano interno busca generar un ambiente contrario a un proceso de paz y que se le atraviesa a cualquier intento de búsqueda de acercamientos con la insurgencia. Por ejemplo, el marco legal para la paz que discutía la Cámara de Representantes precisamente este martes.
Es un acto que utiliza una derecha fascista que en el plano internacional lidera una campaña intervencionista contra los gobiernos de izquierda en el continente, de manera especial contra el Presidente de Venezuela.
Ese atentado es la manera de llamar la atención para volver a congregar a quienes piensan que Colombia debe seguir sumida en el desangre de una guerra sin fin y de validar la creencia de que aquí sólo sirve la mano dura de la derecha militarista.
El atentado se parece mucho al cometido por paramilitares en 2005 contra el hoy ministro de la Vivienda, Germán Vargas Lleras, o al que acabó con la vida del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, en 1995, entre otros.
El terrorismo no es un mecanismo con exclusividades. La derecha mundial lo utiliza. El Estado de Israel y la CIA estadounidense son expertos en él.
Una prueba de lo anterior es el atentado terrorista cometido por Israel en Teherán en enero de 2010 en el cual fue asesinado, con una bomba puesta en el automóvil en el que se movilizaba, el físico nuclear iraní Masud Ali Mohammadi.
En Colombia la búsqueda de la paz está llena de enemigos, porque priman intereses oligopólicos, mafiosos y criminales.
Sacar el país de la guerra es un camino plagado de obstáculos, pero el deber de los demócratas es persistir en recorrerlo, pues la solución de los problemas estructurales de Colombia incluye, ineluctablemente, el fin de la guerra.
La búsqueda de la paz sigue vigente, así muchos se opongan, como el ex presidente Álvaro Uribe, quien con descaro y con el tono altanero que le caracteriza compareció este martes ante los medios de comunicación a utilizar políticamente el lamentable atentado y a rechazar la ley marco para la paz que se discute en el Congreso y que en la noche del martes fue aprobada en sexto debate por abrumadora mayoría.
Por encima de atentados y de guerreristas de todos los lados, la negociación política del conflicto interno no da espera.
luismena7@gmail.com
¿A quién le “sirve” el atentado terrorista de este martes 15 de mayo, que rechazamos sin rodeos, y que causó la muerte de dos colombianos y dejó 28 heridos en Bogotá, entre ellos al ex ministro Fernando Londoño?
Todo indica que a la ultraderecha, que lo pudo haber cometida enfundada en cualquiera de sus variados ropajes: de paramilitares, “Bacrim”, latifundistas, políticos enceguecidos…
Claramente es un hecho que está utilizando un sector recalcitrante del establecimiento, que en el plano interno busca generar un ambiente contrario a un proceso de paz y que se le atraviesa a cualquier intento de búsqueda de acercamientos con la insurgencia. Por ejemplo, el marco legal para la paz que discutía la Cámara de Representantes precisamente este martes.
Es un acto que utiliza una derecha fascista que en el plano internacional lidera una campaña intervencionista contra los gobiernos de izquierda en el continente, de manera especial contra el Presidente de Venezuela.
Ese atentado es la manera de llamar la atención para volver a congregar a quienes piensan que Colombia debe seguir sumida en el desangre de una guerra sin fin y de validar la creencia de que aquí sólo sirve la mano dura de la derecha militarista.
El atentado se parece mucho al cometido por paramilitares en 2005 contra el hoy ministro de la Vivienda, Germán Vargas Lleras, o al que acabó con la vida del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, en 1995, entre otros.
El terrorismo no es un mecanismo con exclusividades. La derecha mundial lo utiliza. El Estado de Israel y la CIA estadounidense son expertos en él.
Una prueba de lo anterior es el atentado terrorista cometido por Israel en Teherán en enero de 2010 en el cual fue asesinado, con una bomba puesta en el automóvil en el que se movilizaba, el físico nuclear iraní Masud Ali Mohammadi.
En Colombia la búsqueda de la paz está llena de enemigos, porque priman intereses oligopólicos, mafiosos y criminales.
Sacar el país de la guerra es un camino plagado de obstáculos, pero el deber de los demócratas es persistir en recorrerlo, pues la solución de los problemas estructurales de Colombia incluye, ineluctablemente, el fin de la guerra.
La búsqueda de la paz sigue vigente, así muchos se opongan, como el ex presidente Álvaro Uribe, quien con descaro y con el tono altanero que le caracteriza compareció este martes ante los medios de comunicación a utilizar políticamente el lamentable atentado y a rechazar la ley marco para la paz que se discute en el Congreso y que en la noche del martes fue aprobada en sexto debate por abrumadora mayoría.
Por encima de atentados y de guerreristas de todos los lados, la negociación política del conflicto interno no da espera.
luismena7@gmail.com
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