23/03/13.-El sindicato de telefonistas de México informó que el comando de Campaña de Henrique Capriles habría comprado un paquete de mensajes de textos y minutos a la empresa Teléfonos de México (TELMEX), con el fin de hacer campaña mediante la realización de llamadas y envío mensajes tal como lo hizo durante la pasada campaña presidencial de 2012.
El periodista William Castillo, presidente de Venezolana de Televisión (VTV), reveló que el costo del paquete, comprado por Capriles a Carlos Slim, tiene un costo de 50 millones de dólares, tal como lo denunció el Sindicato de Telefonistas de México.
Otro dato revelado por Castillo dice que, según informa el referido sindicato, el costo del plan contratado por la derecha será cancelado por la empresa petrolera colombiana Pacific Rubiales, cuyo paquete accionario está compuesto por exgerentes y demás trabajadores petroleros incursos en el paro sabotaje a PDVSA de finales de 2002 y principios de 2003.
Asegura el periodista William Castillo que “las llamadas y mensajes no solo tienen fin electoral”, sino que “su objetivo central es desatar la guerra sucia” para “crear desestabilización y miedo” en la población venezolana.
Esta maniobra de la derecha recibió el rechazo de los venezolanos, quienes vieron obstruida su tranquilidad con llamadas a la medianoche y en horarios molesto. De igual forma molestó el envío de mensajes de textos, pues se consideraron invasivos y violatorios de la privacidad de las comunicaciones, hecho que puso en tela de juicio a las operadoras privadas de telefonía móvil, ya que se presume que estas habría facilitado su base datos con información de los suscriptores.
VTV
El periodista William Castillo, presidente de Venezolana de Televisión (VTV), reveló que el costo del paquete, comprado por Capriles a Carlos Slim, tiene un costo de 50 millones de dólares, tal como lo denunció el Sindicato de Telefonistas de México.
Otro dato revelado por Castillo dice que, según informa el referido sindicato, el costo del plan contratado por la derecha será cancelado por la empresa petrolera colombiana Pacific Rubiales, cuyo paquete accionario está compuesto por exgerentes y demás trabajadores petroleros incursos en el paro sabotaje a PDVSA de finales de 2002 y principios de 2003.
Asegura el periodista William Castillo que “las llamadas y mensajes no solo tienen fin electoral”, sino que “su objetivo central es desatar la guerra sucia” para “crear desestabilización y miedo” en la población venezolana.
Esta maniobra de la derecha recibió el rechazo de los venezolanos, quienes vieron obstruida su tranquilidad con llamadas a la medianoche y en horarios molesto. De igual forma molestó el envío de mensajes de textos, pues se consideraron invasivos y violatorios de la privacidad de las comunicaciones, hecho que puso en tela de juicio a las operadoras privadas de telefonía móvil, ya que se presume que estas habría facilitado su base datos con información de los suscriptores.
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