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martes, 9 de abril de 2013

La emboscada de Capriles


Por Antonio Aponte
El del closet no muestra todas sus cartas. Este tipo de personaje siempre actúa de chaflán, nunca muestra la cara de frente, siempre deja lo fundamental en el closet. Sin embargo, no puede disimular sus intenciones, sus planes se pueden deducir por lo que no dice más que por lo que dice.
Así, nunca condenaron el magnicidio, nunca dijeron que estaban involucrados en el golpe de abril, para ellos tampoco existió el asedio a la Embajada. Ahora nos interesa averiguar qué pretende la oligarquía con su participación electoral.
El punto central de lo que ocultan es que a escasos días del evento ellos no declaran que reconocerán los resultados, al contrario, levantan muchas dudas sobre la pulcritud de las elecciones, cuestionan al CNE, a las FANB, al Plan República, a las Milicias, a PDVSA. Se retuercen pero no se comprometen a aceptar los resultados. ¡Proclaman desde ya su victoria! Insinúan que un resultado contrario será fraude, y todo esto en contra de encuestas adversas.
Tienen un plan que va más allá de Capriles. Saben que a éste le falta tabaco en la vejiga para defender sus votos, ese no es su papel, entregará el relevo el 14 en la noche. De allí en adelante el timón estará con  los halcones oligarcas.
El verdadero plan, el de los halcones y los gringos, no le da crédito al voto. Para ellos no importa el resultado, ni la abstención, tienen sus ojos puestos en el 15, no en el 14. Es suficiente oír las declaraciones de Arria o los escritos de Poleo, que son un toque a arrebato. El silencio del hombre del closet y de su equipo apuntala la asonada.
¿Qué deben hacer los bolivarianos, los chavistas? Es fundamental ir a votar, ganar con amplia ventaja. De esta manera debilitamos la salida golpista, se les priva de excusa clara. Es muy importante presionarlos a declarar que reconocerán los resultados. De no hacerlo, o mejor, el hecho de que se tenga que presionar para que lo hagan a regañadientes, indica el carácter de estas elecciones.
Estas son unas raras elecciones: la oligarquía no reconoce ni al árbitro ni a los resultados, ya eso las coloca en arenas movedizas. Vamos a una confrontación con unos azotes de barrio, con unos pranes, unos patoteros que pretenden secuestrar a las elecciones: el resultado será el que diga la mesa.
Por todo esto debemos concientizar a las fuerzas bolivarianas, chavistas, maduristas, para entender que estamos sumergidos en una guerra de quinta generación, en una operación oligarca que comienza con el asesinato de Chávez, continúa con esta batalla electoral y seguirá mientras exista un pueblo, un sólo humano dispuesto a defender su dignidad.
La respuesta, repetimos, es definitiva: ganar las elecciones con amplia ventaja y derrotar el intento. Después no habrá perdón para el sistema capitalista, quedará demostrado que con el "capitalismo ni tantico así", hay que sacarlo de raíz, borrarlo del alma de las masas.
¡Con Maduro defenderemos la esperanza Chavista!