Río de Janeiro, julio 25 (DPA/Reuters).- El papa Francisco pidió ayer a la Iglesia que “haga lío”, que deje “la comodidad”, “salga a las calles” y se “defienda de todo lo que sea clericalismo”, durante un encuentro que mantuvo con jóvenes argentinos en Río de Janeiro, donde preside la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
“Lo que espero aquí en la JMJ es lío. Que aquí adentro en la Catedral Metropolitana habrá lío, que en Río va a haber lío, pero quiero agitación en las diócesis, quiero que salgan afuera, que salgan a la calle, que nos defendamos de todo lo que es clericalismo, de lo que es comodidad. Si no, las instituciones se convierten en ONGs organizaciones no gubernamentales y la Iglesia no es una ONG”, dijo Francisco ante unos 5.000 jóvenes argentinos.
“Que me perdonen obispos y curas, pero es el consejo y gracias por lo que puedan hacer”, agregó el papa, quien pidió expresamente mantener el encuentro con los argentinos, que tuvo que ser incluido en la agenda cuando su primer viaje internacional ya había comenzado.
Opinó que esta civilización “se pasó de rosca”, usando una expresión del lenguaje típicamente juvenil, al hacer un excesivo “culto al dios dinero”, en consecuencia de lo cual se está “presenciando una expulsión de los ancianos y de los jóvenes”, las “dos puntas de la vida”.
Dijo que a “los viejos, los ancianos”, se les aplica una “eutanasia cultural”, al no cuidarlos, al dejarlos de lado y no escucharlos, y a los jóvenes por los altos índices de desempleo, que crea “una generación que no tiene experiencia de la dignidad ganada por el trabajo”.
“Ustedes los jóvenes y los ancianos están condenados al mismo destino, la exclusión. No se dejen excluir”, apeló en forma enfática el pontífice.
“Los jóvenes tienen que salir a la calle y hacerse valer y luchar por los valores, y los viejos, abran la boca y transmítanos la sabiduría, sean la reserva cultural que transmite la historia, la memoria, los valores del pueblo, y ustedes, jóvenes, déjenlos hablar”, aseveró. Por último, y tal como hizo en todos los pronunciamientos hechos desde que llegó a Brasil el lunes, pidió que recen por él.
“Recen por mí, lo necesito, lo necesito mucho”.
Los argentinos que tuvieron la posibilidad de estar en la catedral junto al papa manifestaron una gran emoción por haber tenido esa posibilidad, vedada a los cerca de 30.000 jóvenes compatriotas que aguardaban fuera de la iglesia.
“Pasar mi cumpleaños aquí está siendo tan lindo! Sus palabras son un regalo de dios”, dijo Javier Pizato, un argentino de 31 años, para quien la posibilidad de estar con Francisco es “el mejor regalo de mi vida”.
Por su parte, Valentina Bonin, de 19 años, confesó que lloró “todo el tiempo”. “Fue impactante. La primera vez que lo vi de cerca él estaba tan alegre. Fue un privilegio poder estar a pocos metros de él”.
El Papa fue aclamado como una estrella de rock por cerca de un millón de jóvenes católicos reunidos en Río de Janeiro.
Francisco hizo el primer manifiesto social de su joven pontificado, diciéndole a los habitantes de una favela de Río de Janeiro que los ricos del mundo deben hacer mucho más para eliminar las diferencias entre los que tienen y los que no.
“Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo”, dijo a residentes de Manginhos, un barrio humilde de las afueras de Río de Janeiro que hasta hace poco era azotado por la violencia y controlado por narcotraficantes .
El papa Francisco bendijo ayer los símbolos de los Juegos Olímpicos, que serán realizados en 2016 en Río de Janeiro, en un acto celebrado en la capital fluminense en el que recibió simbólicamente las llaves de la ciudad de manos del alcalde Eduardo Paes.