En 1958, el Ejército Rebelde dirigido por Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos comienza la invasión del occidente de Cuba.
La estrategia del Ejército Rebelde consistió, en obligar a la dictadura de Fulgencio Batista a dispersar sus recursos bélicos por toda la Isla, facilitando el accionar de los combatientes revolucionarios en las diferentes regiones, consiguiendo, de ese modo, la incorporación masiva del pueblo a las filas rebeldes y así fortalecer el prestigio nacional e internacional del movimiento insurreccional.