La campaña mediática internacional en contra de la transparencia del Consejo Nacional Electoral (CNE) arreció en los últimos dos días, justo cuando el pueblo venezolano se prepara para ejercer su derecho al voto en un contexto donde no se puede hacer proselitismo político, dado que finalizó el período de campaña electoral.
El ataque al CNE se intenta camuflar -sin éxito- en las citas directas del candidato antichavista, quien se negó a firmar un acuerdo de respeto a los resultados electorales y al árbitro electoral, con el alegato de que sólo se comprometería a “defender la voluntad del pueblo”, poniendo así en tela de juicio el trabajo del ente comicial.
En esta artillería internacional contra la validez de los comicios venezolanos, habría que empezar con la entrevista que le hiciera el Miami Diario al asesor de candidatos de la extrema derecha latinoamericana, el venezolano J.J Rondón, experto a su vez en el diseño y manejo de campañas sucias.
A este diario miamero, Rondón, sin basamentos matemáticos de ningún tipo, se atreve a describir tres escenarios en los que da de ganador, siempre, al candidato de la derecha, porque “la única manera de que pierda Capriles es por fraude”.
De esta manera, Rondón manda un mensaje directo a desconocer los resultados que dará mañana domingo el CNE, una vez que ofrezca su primer boletín.
En esta legión de medios antichavistas y en favor de promover el fraude se encuentran diarios como el español El País, acostumbrado desde hace años a mostrar, burdamente, su estrategia antipolítica:
“El líder opositor, fundador del partido de centro derecha Primero Justicia y gobernador del Estado de Miranda, ha denunciado (…) la posibilidad de que el chavismo cometa un fraude manipulando el sistema electoral. Hasta ahora la oposición prefería eludir las irregularidades por temor a que desanimase a sus partidarios a acudir a las urnas. Ahora la situación ha cambiado y el candidato ha pedido a sus seguidores que vigilen todo el proceso en las mesas de votación”, reseña el diario a través de un artículo titulado Venezuela decide este domingo si existe el chavismo sin Chávez, publicado en su portal web este sábado.
Asimismo, ABC.es, en su texto Unidades chavistas se aseguran el control de las plantas eléctricas, plantea un supuesto “ventajismo” por parte del candidato socialista, Nicolás Maduro, durante la campaña electoral y pone en tela de juicio la integridad de los rectores del CNE y su equipo.
“(El ventajismo) se trata de algo bien conocido en Venezuela, donde el Consejo Nacional Electoral, controlado férreamente por los chavistas, se desentiende de las frecuentes denuncias”.
Asimismo, ABC.es hace delirantes especulaciones sobre la posibilidad de que militantes chavistas saboteen las plantas eléctricas para tratar de evitar que una tendencia electoral en su contra se reafirme definitivamente el día domingo.
Por otra parte, El País sugiere que habrá una situación de violencia propiciada por simpatizantes del candidato socialista, Nicolás Maduro, quienes no reconocerán los resultados, aún cuando fue Maduro y el comando Hugo Chávez los que firmaron un acuerdo de respeto a los resultados que facilite el ente comicial.
“La noche del 7 de octubre Capriles aceptó sin demora su derrota. Cuál será su decisión ahora es una incógnita y no se puede descartar que se produzcan incidentes violentos este domingo, dado los ataques que supuestos descontrolados chavistas han llevado a cabo contra los opositores durante la campaña”, reseña el medio español.
La matriz internacional contra los resultados de mañana domingo se hace más clara. Esta gira sobre la idea de que el chavismo o bien usará recursos de sabotaje o bien atacará a la oposición en la calle, si los resultados no le favorecen.
Estas hipótesis, desde luego, carecen de antecedentes, pues en los 17 comicios anteriores, que se han llevado a cabo en Venezuela en los últimos 14 años, no se ha reportado nunca ningún incidente de este tipo.
Acompañamiento y desenlace
A la par de “montar” la escena del fraude como una posibilidad real, y de proponer sin reparos que el chavismo será el principal “saboteador” de las elecciones, diarios tan influyentes como The Washington Post se atreven a dar -utilizando el recurso de la mentira- un paso más en la idea de atacar al máximo árbitro electoral.
En el editorial del diario norteamericano divulgado el jueves 11 de abril, se puede leer que “el gobierno venezolano ha rechazado las peticiones de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA) para desplegar equipos de observación electoral”.
Es decir, The Washington Post refuerza la idea de que ningún testigo de validez internacional podrá corroborar, in situ, el fraude venidero.
En Venezuela, no obstante, ya están presentes un total de 173 acompañantes internacionales, con delegaciones tan representativas como la de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), las delegaciones del Mercosur y del Centro Carter, así como una misión de la propia OEA, encabezada por el exgobernador estadounidense Bill Richardson, de amplia y extensa experiencia en procesos electorales y como enviado a países en conflicto.
Entre los acompañantes y observadores que se encuentran en Venezuela, hay expertos electorales, parlamentarios, representantes de organizaciones políticas, gremiales, sindicales, periodistas y académicos, provenientes de América, Asia, África y Europa.
¿Situación económica insostenible?
La otra arista del ataque tiene que ver con la coartada de la catástrofe económica en puertas, fomentada por el candidato socialista.
“Maduro, de 50 años, un hombre nada arrogante, según quienes le conocen, carga sobre sus hombros con la responsabilidad de demostrar que el chavismo sin Chávez es posible. Una verdadera prueba de fuego cuando los problemas sobre la economía venezolana se acumulan –alta inflación, enorme déficit fiscal, aumento de la deuda pública, escasez de alimentos y de divisas, apagones y creciente dependencia del petróleo- heredados del populismo de su mentor”, dice El País de España.
Sin embargo, un diagnóstico del economista estadounidense Mark Weisbrot, cofundador del prestigioso Centro de Investigación en Economía y Política (Cepr, siglas en inglés), con sede en Washington, difiere totalmente de esta visión.
Weisbrot explica que la política económica que delineó el gobierno de Hugo Chávez, y que le permitió a Venezuela cerrar el 2012 con un crecimiento de 5,6%, después de nueve trimestres en ascenso, no sólo es sostenible en las condiciones actuales sino que desmiente cualquier posibilidad de catástrofe.
“El escenario catastrófico ha sido muy exagerado: no va a suceder”, puntualizó de manera categórica este economista al diario Página 12 de Argentina.
Weisbrot reiteró algo que ya había precisado en un largo informe en octubre del año pasado, antes de las elecciones presidenciales en las que Hugo Chávez obtuvo su tercera reelección. Es una visión que resalta la fortaleza de la economía nacional, basada en variables constantes como grandes ingresos por concepto petrolero, un crecimiento económico aceptable, bajos niveles de endeudamiento interno y externo y buenas posibilidades de promover el crecimiento en áreas específicas de la economía.
“La economía venezolana no tiene un problema de sostenibilidad. En 2006, en Estados Unidos hubo una burbuja inmobiliaria que inevitablemente terminó en desastre. Era un desequilibrio insostenible en el caso norteamericano”.
Añadió Weisbrot que Venezuela tiene una situación económica sólida, en la medida en que en términos del Producto Interno Bruto, la deuda pública venezolana no llega a 50%. “En comparación, la Unión Europea tiene una deuda de 82% y países en crisis como Grecia o Italia superan generosamente el 100%”, señaló.
La verdad habla por sí sola
Lo que parece esconderse detrás de este ataque despiadado de la prensa internacional contra la transparencia del CNE, es que, probablemente, ocurra lo que ya varios de estos mismos medios hay deslizado entrelíneas o de manera marginal: que se produzca el retorno de Henrique Capriles a la gobernación de Miranda, quien tendrá que postergar, por tercera vez, sus aspiraciones presidenciales hasta el año 2019.
Así lo estima el diario ABC en su artículo titulado ¿Qué será ahora de Capriles?, publicado el pasado 12 de abril de 2013, cuyo sumario no lo puede expresar mejor: “El apoyo acumulado por el líder opositor y su juventud hacen viable una tercera candidatura presidencial en 2019, a pesar de las dos derrotas cosechadas frente al chavismo (sic). Mientras tanto, seguirá al frente del estado Miranda”.
The Washington Post, por otro lado, es otro de esos diarios que por más que arrima la leña al expediente del fraude, reconoce en su editorial que no debe haber sorpresas con los resultados, puesto que, “como era de esperar, las encuestas muestran que el Sr. Maduro va a ganar”.
AVN