Por: Juan José Peralta
En la lucha constante, lo urgente se
vuelve lo habitual, olvidándose lo importante. Sirvan estas sabias palabras del
nuevo Ministro de Comunicación e Información, para hacer una brevísima
reflexión sobre lo importante y lo urgente.
Ernesto Villegas dirige ahora la política comunicacional del Estado Venezolano, lo que abre un abanico de posibilidades para atender lo importante y no exclusivamente lo urgente.
Aprovechando la condición de periodista ecuánime de Villegas, digno representante del ejercicio honrado de la profesión periodística, que aunque escasa, aún existe, se hace necesario atender de una vez por todas, el radicalismo que enturbia las relaciones de diálogo social que debe existir en todo proyecto que pretenda ser inclusivo y no excluyente. Ernesto lo sabe, porque todo el que tenga un mínimo de decencia lo percibe de igual manera. Existen programas en medios de comunicación del Estado, cuyo lenguaje y manera de exponer las ideas resultan simplemente vergonzosas; y no se trata del típico juicio moralista pacato e hipócrita, del que se horroriza ante un “mala palabra”, pero permanece incólume ante las reales miserias humanas, sino del que se siente naturalmente incomodo ante la vejación y la humillación pública de cualquier persona, incluso del adversario ideológico, porque sus principios están por encima de esa manera impropia de hacer política, ya que el fin no justifica los medios.
Mientras el debate político se mantenga a niveles de vulgar ejercicio de catarsis límbica, donde no se puede extraer nada que permita construir sino destruir, no habrá futuro posible, porque el socialismo no se puede construir en contra de la voluntad de 6.500.000 venezolanos, que tienen la falsa percepción de que el Estado los considera enemigos por sus voceros comunicacionales más radicales. Es necesario un cambio en ese estado de cosas, y con Ernesto habrá la esperanza de que eso finalmente ocurra.
Juan José Peralta
juanjoseperalta90@gmail.com
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