lunes, 4 de febrero de 2013

Arias Cárdenas asegura que soldados del 4-F “sabían por qué hacíamos lo que hacíamos”


Hoy se cumplen 21 años de la rebelión cívico-militar que hizo tambalear a un gobierno marcado por importantes hechos de corrupción. El levantamiento del 4 de febrero de 1992 cambió el rumbo político de Venezuela.
A pesar de que los objetivos no se cumplieron en Caracas, en Zulia, la región más poblada e importante de Venezuela, el acto resultó un éxito.
El teniente coronel Francisco Arias Cárdenas fue el encargado de comandar al grupo de militares que tomó objetivos tan difíciles como la sede de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Protección (hoy Sebin) y el Destacamento 35 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Muchos eventos han transcurrido desde aquella época, pero para el teniente coronel, recién electo gobernador del estado Zulia, los hechos de aquella madrugada del 4 de febrero se encuentran intactos en su mente.
LOS HECHOS
“Recuerdo como si fuera ayer cuando tomamos la residencia oficial del Gobernador. Allí había unos policías a quienes mandé a vestir y a desarmar, luego los envié a su casa” rememora.
“A las 9:00 am me reuní con mis tropas, leí la orden de operaciones a los oficiales, convoqué a los soldados en el patio y esperé hasta que salieran todas las patrullas. Tenía el alma en un hilo; solo le pedía a Dios que nos llevara a todos con bien y que no nos permitiera causar algún daño, pero que tampoco nos lo hicieran a nosotros”, acotó.
Arias Cárdenas afirma que ningún soldado peleó engañado: “Todos sabían por qué hacíamos lo que hacíamos”.
LA HORA DE RENDIRSE
Pero los militares insurrectos debieron rendirse aunque en poco tiempo -y sin muchos problemas- habían tomado la residencia oficial del Gobernador, la sede de la Policía Regional en Los Patrulleros, el Palacio de Gobierno, la Base Aérea Rafael Urdaneta, el Destacamento Aéreo de la Guardia Nacional, el Aeropuerto Internacional La Chinita, el Comando Regional número 3, el Puente Sobre el Lago, las instalaciones petroleras de las Costa Oriental del Lago (COL), y el principal bastión rebelde, el Cuartel El Libertador.
La noticia de que Chávez iba camino al Ministerio de la Defensa golpeó al comandante de la rebelión en Zulia, que por un momento se rehusó a rendirse: “Algunos de mis muchachos estaban molestos, pero el sacrificio era necesario, la idea no era dárselas de guapo y morir peleando”.
CAMINO A CARACAS
Decidido ya a rendirse, Arias Cárdenas ofreció sus primeras declaraciones al extinto canal Radio Caracas Televisión (RCTV). Lo que más le preocupaba al teniente coronel, era si el pueblo entendería las razones de aquel grupo de militares, que decidieron alzarse para mejorar las condiciones del país.
En la BARU lo esperaba un avión Bronco que lo llevaría a Caracas para enfrentar las sanciones.
-¿Qué pensaba mientras viajaba en ese avión?
-Solo me preocupaba dónde seguirían combatiendo; me decían que en Valencia pero a ciencia cierta no sabía nada
-¿Cómo fue su llegada a La Carlota?
-Cuando bajé del avión y atravesé el patio vi a un grupo de paracaidistas; alguno de ellos estaban acostados, otros sentados con los brazos detrás de la nuca con sus brazaletes. A mí me impactó mucho, así que les dije: “les traigo saludos de los soldados patriotas que combatieron en el Zulia, aparentemente tenemos una derrota, pero estamos seguros de que tenemos una victoria, que el pueblo entenderá lo que hicimos”. Antes de que terminara, todos los soldados se levantaron y comenzaron a entonar el Himno Nacional, los centinelas no sabían qué hacer, total que el gloria al bravo pueblo es para todos.
ANTECEDENTES
Pero la intentona no surgió de la nada, una molestia social por medidas económicas que atropellaban al pueblo y una forma corrupta de manejar los recursos de las entonces Fuerzas Armadas fueron parte del detonante.
Para Arias Cárdenas el cambio en la mentalidad de algunos militares comenzó en los años 80 del siglo XX: la interacción con algunos actores políticos de izquierda ratificó el deseo de buscar soberanía para Venezuela.
“Muchos factores confluyeron, pero fueron los hechos del 27 y 28 de febrero de 1989 los que nos dijeron ‘es ahora, ya el pueblo está madurando”, recordó el gobernador del Zulia.
Para los soldados resultó una contradicción tener que salir a contener a un pueblo en el año 1989, mientras en la clandestinidad conformaban un movimiento para defender a ese pueblo. “No estábamos preparados”.
Pero la interacción con académicos, cultores y políticos de izquierda le dio las bases que propiciaron una serie de cambios: “Después de 1989 el tiempo es muy corto, todo se acelera y avanzamos más con las discusiones, propuestas y planteamientos”, aseguró.
“Establecimos conversatorios, debates dentro y fuera de los cuarteles. Muchos de esos líderes de izquierda están vivos y continúan con nosotros: Roger Capella, Alí Rodríguez Araque, Aristóbulo Isturiz, Kléber Ramírez, entre otros, se mostraron solidarios y consecuentes”, dijo.
A DOS DÉCADAS
Muchas cosas han cambiado en la vida de cada uno de los militares que participaron en la rebelión. Transitar por el camino de la política electoral fue la mejor opción para el comandante Chávez y sus colaboradores.
Ahora, desde la Presidencia de la República, lidera uno de los proyectos más ambiciosos; la integración de América Latina y el desarrollo de Venezuela para lograr que sea una potencia.
-¿Cuál ha sido la mayor enseñanza?
-Aprender haciendo política al lado del pueblo. Nuestra comprensión ha avanzado, el Presidente ha tenido una visión muy adelantada, construir el nuevo estado y una economía al lado del pueblo, en mi criterio ha sido un aprendizaje positivo.
-¿Qué falta?
-Caminar mucho más en la construcción de la permanencia del Poder Popular, en la generación de más riqueza y la organización de la misma.
-¿Hay indicadores de que Venezuela ha avanzado en la disminución de la pobreza?
-Los indicadores son innegables. La construcción de viviendas es uno de ellos; aquí jamás se habían construido 200 mil casas en un año. En algún gobierno de la Cuarta República se ofrecieron 100 mil y solo se construyeron 20 mil. Nosotros hemos triplicado, en un estado, esa meta nacional que se fijaban los pasados gobiernos. Lograr que las familias más pobres tengan acceso a comida barata es otro indicador.
UN BÁLSAMO
El mayor anhelo para el comandante Francisco Arias Cárdenas es poder celebrar este 4 de febrero al lado de su amigo y compañero de armas, Hugo Chávez Frías: “Estamos contentos por su recuperación y sé que el triunfo en Zulia es un bálsamo que lo reconforta”, precisó.
Para el gobernador, el 4 de febrero será siempre sinónimo de rebeldía, generosidad, filantropía y amor militante por la patria.
T/ Yajaira Iglesias
F/ Archivo CO

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