Caracas, febrero 4 - Desde finales de la
década de los ochenta y a principios de los años noventa, el modelo económico
que tomaba más impulso era el neoliberalismo. Esa concepción se fue implantando
en Suramérica, y en Venezuela es asumida bajo la administración de Carlos
Andrés Pérez cuando asume su segundo mandato en febrero de 1989.
Se inició un proceso en lo económico que fue
estructurado bajo el auspicio del Fondo Monetario Internacional, marcado por
varias medidas detalladas por Pérez, pero… la maltrecha economía venezolana no
se vería mejorada por el plan de ajuste económico propuesto. El economista Juan
Carlos Morales, recuerda que ya para 1983 la economía del país presentaba
serios problemas, reflejados en la devaluación de la moneda.
Las medidas pusieron punto final a la paciencia
del pueblo que salió a protestar en masa el 27 y 28 de febrero de 1989, ante
las malas políticas económicas y sociales que generaron múltiples problemas en
el país.
Se produce entonces: El Caracazo…
La brutal represión no se hizo esperar. Se
implantó toque de queda en todo el país, y se suspendieron las garantías
individuales y políticas; además, se suspendieron las actividades académicas.
La protesta popular se expandió desde Guarenas y
Guatire, en el estado Miranda hacia Caracas, Carabobo, Aragua, Zulia, Lara,
Mérida, y en otras localidades del país. El 4 de marzo de 1989, el diario
Ultimas Noticias daba cuenta de la siguiente información.
Aún cuando las cifras oficiales sobre el número
exacto de personas muertas no ha sido suministrado por las autoridades
oficiales, se estima, por los datos logrados, que llegarían a más de 500 las
víctimas, entre adultos y menores. (…) 120 cadáveres enterrados en fosa común…
Morales destacó que al iniciarse el año 1992 la
problemática económica seguía presente, y las carencias de la población también
se mantenían.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística
(INE) el porcentaje de hogares pobres por ingreso en los primeros semestres de
los años noventa reflejó que para 1990 había un 49 por ciento de hogares
pobres, y 21,1 por ciento de hogares en pobreza extrema.
Mientras que para el mismo período en 1991, se
estimó un 49, 9 por ciento de hogares pobres y 21,1 por ciento de hogares en
situación de pobreza extrema.
La inflación acumulada anualizada, según datos del
Banco Central de Venezuela, alcanzó en el período de 1989 a 1993 un 45, 3 por
ciento.
Esos y otros indicadores reflejan las pocas
posibilidades de desarrollo del país en aquellos años. La falta de garantías
hacia los derechos más fundamentales fue la constante al iniciarse la década de
los noventa, lo que generó una gran problemática social, destacó la politóloga
Karen Quintero.
La forma de gobierno que encabezaron Acción
Democrática y COPEI, se fue agotando progresivamente, destacó el politólogo y
profesor Nicmer Evans.
Este panorama no le fue ajeno a un grupo de
militares, quienes ya antes de producirse los hechos del Caracazo en 1989
analizaban la realidad nacional. En los ochenta se crea el Movimiento
Bolivariano Revolucionario 200, en el año Bicentenario del Nacimiento del
Libertador Simón Bolívar.
En el libro del año 2004: Historia de la
Revolución Bolivariana, pequeña crónica 1940-2004, los investigadores Luis
Bonilla y Haiman El Troudi expusieron que en 1982 Hugo Rafael Chávez Frías y el
núcleo fundacional militar bolivariano desarrollan la propuesta del árbol de
las 3 raíces. Inicialmente se habló del Ejército Bolivariano Revolucionario
(EBR), porque sus iniciales coincidían con las tres fuentes ideológicas sobre
las cuáles se comienza a nutrir la logia militar bolivariana: Ezequiel Zamora,
Simón Bolívar y Simón Rodríguez.
Del EBR se pasó rápidamente al MBR 200. (…). Se
inicia la organización, discusión política y formación ideológica del
movimiento insurreccional. El MBR 200 era inicialmente una organización militar
clandestina.
El Movimiento Bolivariano Revolucionario 200,
tenía una estructura: El llamado juramento del Samán de Güere, 17 de diciembre
de 1982 en Aragua, compromete a Hugo Chávez Frías, Joel Acosta Chirinos y Jesús
Urdaneta a impulsar el desarrollo de Venezuela.
El descontento del pueblo, la crisis política,
económica e incluso moral se hacía cada vez más fuerte al inicio de la década
de los noventa. Un grupo de militares con sentido nacionalista afinaba detalles
para buscar alternativas al panorama negativo existente en esos días. En 1992
la rebelión cívico-militar tenía fecha: 4 de febrero.
Hacia la madrugada se despliega la Operación
Ezequiel Zamora, para rescatar la dignidad del país frente a las medidas
empobrecedoras que se mantenían bajo la presidencia de Carlos Andrés Pérez.
Las acciones en Caracas, Aragua y Maracaibo se
prolongaron por varias horas, pero no se cumplieron a cabalidad los objetivos,
por lo que no quedó otra opción que frenar las operaciones. Al final de la
mañana, el entonces teniente coronel Hugo Chávez Frías, líder de la rebelión,
asume valientemente su responsabilidad.
Junto a Hugo Chávez otros militares se encargaron
de conducir las acciones del 4 de febrero, el teniente coronel Francisco Arias
Cárdenas a quien se le asignaron las operaciones en el estado Zulia,
controlando importantes objetivos como el Cuartel Libertador.
El teniente coronel Yoel Acosta Chirinos,
encargado de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en la Carlota.
Jesús Ortiz Contreras quien comandaba el Batallón de Cazadores Genaro Vásquez,
y el teniente coronel Jesús Urdaneta Hernández.
Desde el Museo Histórico Militar en Caracas se
comandaron las operaciones. Se buscó la toma del Miraflores. En Maracaibo,
Maracay y Valencia se logran avances significativos. Importante fue el despliegue
en Aragua del Batallón de Paracaidistas José Leonardo Chirino.
Ya como presidente Hugo Chávez, en 2012, a 20 años
del 4 de febrero de 1992, recordó y reflexionó sobre esa insurrección
cívico-militar, en conversación que sostuvo con el periodista José Vicente
Rangel en enero de 2012.
La realidad social del país, caracterizada por una
profunda pobreza, justificó los acontecimientos del 4 de febrero. Los graves
problemas del país se fueron gestando en los años setenta y ochenta,
manteniéndose al iniciarse la década de los noventa:
Recordó que la opinión pública se mostró favorable
con la insurrección, y abrió el camino para la candidatura de Hugo Chávez y su
elección como presidente de Venezuela.
Los impulsores de la rebelión del 4 de febrero de
1992, habían planificado no solo las acciones netamente militares.
Detalló el presidente Chávez que ante la crisis
que atravesaba el país tras El Caracazo, la oligarquía tenía varias opciones
para seguir manteniendo sus privilegios, pero la rebelión de 4 de febrero evitó
que se concretaran los planes antidemocráticos que algunos tenían.
Francisco Arias Cárdenas, diputado, y encargado de
las operaciones militares en el estado Zulia en la insurrección del 4 de
febrero de 1992, recordó en el 2011, el 4 de febrero de ese año, las
motivaciones que tenían para impulsar un proyecto de cambio para Venezuela.
Llenos de patriotismo e ideales un grupo de
militares se involucra en la rebelión del 4 de febrero. Estaban conscientes que
debían intervenir para evitar que se siguiera destruyendo al país, destacó
Francisco Arias Cárdenas.
Consecuente en su palabra y sus acciones, el
presidente Chávez ha sido coherente con las ideas que impulsaron la
insurrección que lideró. Así, el 4 de febrero de 1999, rememoró la fecha.
En agosto de 2011, en conversación con el
periodista José Vicente Rangel, el jefe de Estado venezolano Hugo Chávez, hizo
referencia al 4 de febrero de 1992: momento de decisiones para él.
El movimiento del 4 de febrero no cumplió sus
objetivos… pero ese día, Hugo Chávez tuvo la oportunidad de dirigirse a las
venezolanas y venezolanos, y se dio entonces una pausa en los planes que se
tenían para cambiar la negativa realidad del país.
Tan solo una frase: “por ahora”, despertó
esperanzas en el pueblo de que algo positivo podría pasar.
En 2002, el 4 de febrero de ese año, el presidente
Chávez recordó y examinó esas breves pero contundentes palabras que expresó en
1992.
Recordó que, tal y como lo dijo aquel 4 de febrero
de 1992, para Venezuela han llegado nuevas situaciones.
Tras la rebelión cívico-militar del 4 de febrero
las garantías fueron suspendidas. El 6 de febrero de 1992 el diario El Nacional
señaló: Con la suspensión de garantías llegan los excesos policiales. La
parroquia 23 de Enero ya empezó a sufrir los embates de una policía
envalentonada, amparada en un decreto que sólo servirá para revivir los
desmanes cometidos en los días posteriores al 27 y 28 de febrero de 1989.
El movimiento militar del 4 de febrero de 1992
también encontró apoyo en grupos civiles que auspiciaban cambios ante los
problemas sociales que aquejaban al pueblo en aquellos años.
Luchadores sociales y grupos estudiantiles
universitarios se involucran meses antes de realizarse las operaciones. Algunos
estudiantes de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad de
Carabobo tenían preparado cómo desenvolverse el 4 de febrero.
David Silva, para ese entonces estudiante de la
Universidad de Carabobo, recordó cómo organizaron diversas actividades a
finales del año 1991 para sembrar conciencia en la población.
Relató que una vez que se precisó la fecha de la
insurrección se especificaron las funciones que desarrollarían los estudiantes.
Ivo Rodríguez, estudiante de la Universidad de
Carabobo en la década de los noventa, también formó parte de la rebelión del 4
de febrero de 1992.
A pesar de que hubo algunos enlaces entre grupos
estudiantiles de Caracas, Valencia y Barquisimeto no se logró una completa
coordinación al momento de desarrollar las acciones cívico-militares el 4 de
febrero de 1992, debido a lo complejo de la situación.
El 7 de febrero de 1992, el Diario El Universal
publicó: Ministro de la defensa, Fernando Ochoa Antich: dentro de un proceso
lógico de golpe, uno imagina que debería haber civiles. (…). Detenidos 136
oficiales y suboficiales, y mil 240 personal de la tropa.
Posteriormente, el 12 de marzo de 1992 el Diario
El Nacional señaló: Dictaron auto de detención a nueve civiles por el golpe.
El profesor y politólogo Nicmer Evans, destacó que
el descontento popular, más la crisis política y social de Venezuela fue
asumido por miembros de la Fuerza Armada, quienes deciden intervenir para
revertir esa situación, impulsando la rebelión del 4 de febrero de 1992.
El manejo de los procesos políticos del país por
parte de los partidos AD y COPEI fue perdiendo espacio. El colectivo fue
recuperando espacios que le habían sido negados, explicó el politólogo Nicmer
Evans.
Y es que el 4 de febrero forma parte de la
esperanza de los pueblos que desean ser libres, y que quieren el desarrollo.
El paso de una Venezuela llena de desesperanza a
una con presente y futuro venturoso se inició con el 4 de febrero de 1992,
resaltó el presidente Hugo Chávez.
Tan solo una frase: “por ahora”, despertó esperanzas
en el pueblo de que algo positivo podría pasar.
En 2002, el 4 de febrero de ese año, el presidente
Chávez recordó y examinó esas breves pero contundentes palabras que expresó en
1992.
Recordó que, tal y como lo dijo aquel 4 de febrero de
1992, para Venezuela han llegado nuevas situaciones.
Tras la rebelión cívico-militar del 4 de febrero las
garantías fueron suspendidas. El 6 de febrero de 1992 el diario El Nacional
señaló: Con la suspensión de garantías llegan los excesos policiales. La
parroquia 23 de Enero ya empezó a sufrir los embates de una policía
envalentonada, amparada en un decreto que sólo servirá para revivir los
desmanes cometidos en los días posteriores al 27 y 28 de febrero de 1989.
El movimiento militar del 4 de febrero de 1992 también
encontró apoyo en grupos civiles que auspiciaban cambios ante los problemas
sociales que aquejaban al pueblo en aquellos años.
Luchadores sociales y grupos estudiantiles
universitarios se involucran meses antes de realizarse las operaciones. Algunos
estudiantes de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad de
Carabobo tenían preparado cómo desenvolverse el 4 de febrero.
David Silva, para ese entonces estudiante de la
Universidad de Carabobo, recordó cómo organizaron diversas actividades a
finales del año 1991 para sembrar conciencia en la población.
Relató que una vez que se precisó la fecha de la
insurrección se especificaron las funciones que desarrollarían los estudiantes.
Ivo Rodríguez, estudiante de la Universidad de
Carabobo en la década de los noventa, también formó parte de la rebelión del 4
de febrero de 1992.
A pesar de que hubo algunos enlaces entre grupos
estudiantiles de Caracas, Valencia y Barquisimeto no se logró una completa
coordinación al momento de desarrollar las acciones cívico-militares el 4 de
febrero de 1992, debido a lo complejo de la situación.
El 7 de febrero de 1992, el Diario El Universal
publicó: Ministro de la defensa, Fernando Ochoa Antich: dentro de un proceso
lógico de golpe, uno imagina que debería haber civiles. (…). Detenidos 136
oficiales y suboficiales, y mil 240 personal de la tropa.
Posteriormente, el 12 de marzo de 1992 el Diario El
Nacional señaló: Dictaron auto de detención a nueve civiles por el golpe.
El profesor y politólogo Nicmer Evans, destacó que el
descontento popular, más la crisis política y social de Venezuela fue asumido
por miembros de la Fuerza Armada, quienes deciden intervenir para revertir esa
situación, impulsando la rebelión del 4 de febrero de 1992.
El manejo de los procesos políticos del país por parte
de los partidos AD y COPEI fue perdiendo espacio. El colectivo fue recuperando
espacios que le habían sido negados, explicó el politólogo Nicmer Evans.
Y es que el 4 de febrero forma parte de la esperanza
de los pueblos que desean ser libres, y que quieren el desarrollo.
El paso de una Venezuela llena de desesperanza a una
con presente y futuro venturoso se inició con el 4 de febrero de 1992, resaltó
el presidente Hugo Chávez.
El profesor y politólogo Nicmer Evans, destacó que el
descontento popular, más la crisis política y social de Venezuela fue asumido
por miembros de la Fuerza Armada, quienes deciden intervenir para revertir esa
situación, impulsando la rebelión del 4 de febrero de 1992.
El manejo de los procesos políticos del país por parte
de los partidos AD y COPEI fue perdiendo espacio. El colectivo fue recuperando
espacios que le habían sido negados, explicó el politólogo Nicmer Evans.
Y es que el 4 de febrero forma parte de la esperanza
de los pueblos que desean ser libres, y que quieren el desarrollo.
El paso de una Venezuela llena de desesperanza a una
con presente y futuro venturoso se inició con el 4 de febrero de 1992, resaltó
el presidente Hugo Chávez.
El paso de una Venezuela llena de desesperanza a una
con presente y futuro venturoso se inició con el 4 de febrero de 1992, resaltó
el presidente Hugo Chávez.
El profesor y
politólogo Nicmer Evans, destacó que el descontento popular, más la crisis
política y social de Venezuela fue asumido por miembros de la Fuerza Armada,
quienes deciden intervenir para revertir esa situación, impulsando la rebelión
del 4 de febrero de 1992.
El manejo de los
procesos políticos del país por parte de los partidos AD y COPEI fue perdiendo
espacio. El colectivo fue recuperando espacios que le habían sido negados,
explicó el politólogo Nicmer Evans.
Y es que el 4 de
febrero forma parte de la esperanza de los pueblos que desean ser libres, y que
quieren el desarrollo.
El paso de una
Venezuela llena de desesperanza a una con presente y futuro venturoso se inició
con el 4 de febrero de 1992, resaltó el presidente Hugo Chávez.
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