A propósito de conmemorarse este año el 458° aniversario de la de Valencia, es pertinente rescatar del olvido una fundamental para los orígenes de nuestra ciudad. Se trata de “Los Orígenes de Valencia” del Hermano Nectario María, libro editado en 1970 por el de Antropología e del Carabobo, en el cual el autor afirma que “el verdadero fundador de Valencia fue el Alonso Arias de Villasinda y no Alonso Díaz Moreno”, abriendo de nuevo la polémica sobre el verdadero origen de Valencia, la de Venezuela, una incertidumbre que, hasta el de hoy, no ha sido despejada.
Ya en la “A los lectores”, el autor señala “en lo que se refiere a la fundación de Valencia, hacemos presente que habiendo los historiadores de Venezuela aceptado siempre como verdadera la relación que de este acontecimiento escribió don José de Oviedo y Baños, en su Historia de la Conquista y Población de la provincia de Venezuela, publicada en 1723, han incurrido en los mismos errores que este cronista y repetido las mismas inexactitudes”.
El error de Oviedo y Baños
En efecto, en el primer capítulo se dedica a demostrar que los presentados por Oviedo y Baños son falsos. Para ello se fundamenta en el testimonio del cronista Antonio León Pinelo, el cual hace constar que, en el año 1608, existía en el Archivo de Indias un documento de 1553 que contiene los datos de la fundación de Valencia efectuada en aquel año por el licenciado Alonso Arias de Villasinda. En la 26, incluye una reproducción fotográfica (sacada del libro de León Pinelo) del mencionado documento. También se apoya en el testimonio de los antiguos cronistas de Indias Juan López de Velasco y Antonio Herrera, quienes también registran en 1553 la fundación de la ciudad. “Quedan así anulados, también, todos los demás escritos aparecidos después y que repiten el error de Oviedo y Baños”, puntualiza el Hermano Nectario.
Pero la investigación no queda allí, también aparece la figura del capitán Vicente Díaz Pereira, como posible co-fundador de la ciudad. El tercer capítulo lo dedica a una semblanza de este que había llegado desde la población de Borburata en 1551. Lo describe como “siempre caudillo y valeroso conquistador” que decidió acrecentar el de dicha población, buscando un lote de ganado vacuno y caballar. Después de una exitosa travesía, logró encontrar un valle apto para la ganadería, fuera de Borburata. En aquel lugar “fundó un hato y un caserío que, poco después, fue base de la ciudad de Valencia. Lo que motivó que un grupo de vecinos de Borburata se radicasen en Valencia fueron las incesantes molestias y asaltos por parte de los corsarios franceses”.
Cabe destacar en este capítulo la documentación estudiada por el autor, que tiene como fecha 1609 y se encontraba en el Archivo de la Catedral de Valencia. De allí extrae testimonios de personas que conocieron a Vicente Díaz Pereira, las cuales afirman que fue el iniciador y fundador de un hato que, poco después, fue erigido en ciudad con el título de Nueva Valencia del Rey, por el capitán Alonso Arias de Villasinda”. De allí que el Hermano Nectario no duda en asegurar que “el fundador de Valencia fue Alonso Arias de Villasinda y el co-fundador fue Vicente Díaz”.
En el cuarto capítulo describe cómo habría sido el proceso que dio lugar a la fundación de Valencia por parte de Arias de Villasinda, quien había sido nombrado Juez de Residencia y de Venezuela el 14 de diciembre de 1551 y llegó a la ciudad de Coro el 12 de junio de 1553. Tras revisar un voluminoso expediente de juicio de algunos pobladores de Borburata, el Hermano Nectario llega a la conclusión que la fecha de la “fundación” de Valencia fue en diciembre de 1553. “Necesariamente tuvo que haberse efectuado en el mes que anotamos, ya que desde junio hasta entonces Arias de Villasinda había permanecido en Coro como consta por los documentos de los juicios de residencia”.
La confusión con Díaz
En el capítulo siguiente vuelve a refutar la aseveración de Oviedo y Baños al decir que Alonso Díaz Moreno fundó Valencia. Esta vez el autor se vale de documentos de registro que dejan constancia de la existencia de dos Alonso Díaz, el de León, que llegó a Venezuela en 1550 o 1551, y se residenció en Borburata y otro Alonso Díaz Moreno (el de Santa Olalla) llegado a Venezuela en 1569. “Ningún poblador con el nombre de Alonso Díaz o Alonso Díaz Moreno tuvo injerencia alguna en la fundación de Valencia, ni ejerció cargo alguno de justicia en los primeros años de su fundación”, afirma categóricamente.
En los capítulos 7 y 8 aclara que Alonso Díaz, a quien en los últimos días de su vida, se denominó Alonso Díaz Moreno, fue a quien Oviedo y Baños calificó como “fundador” de Valencia. “La totalidad de los historiadores y escritores, al hablar de Alonso Díaz Moreno (el de León) no solamente lo han confundido sino también unificado con el del mismo nombre de Santa Olalla; y a ese personaje ficticio incluso le han atribuido la paternidad de las hijas de los dos. Y probablemente la confusión entre ambos individuos hubiese permanecido indefinidamente, sin el importante trabajo del Dr. Alejandro Mario Carriles, quien publicó en 1954, la biografía titulada “Alonso Díaz Moreno, uno. Alonso Díaz, muchos”.
“Orígenes de Valencia” cierra con una sección documental donde se reproducen muchas de las más importantes utilizadas por el Hermano Nectario, entre las que destaca la transcripción del importantísimo documento sobre los orígenes de nuestra ciudad que se hallaba en el Archivo de la Catedral de Valencia, citado en el tercer capítulo.
Dudas e interrogantes
Los resultados que arroja esta obra del Hermano Nectario María invitan a reflexionar sobre algunas dudas: ¿Hemos estado celebrando una fecha equivocada? ¿Por qué se ha mantenido la incertidumbre a lo largo del y no se ha hecho la aclaratoria correspondiente? ¿Acaso esta indiferencia sobre el tema es una expresión más del desarraigo del valenciano? En estos tiempos de refundación patria, de reinterpretación de la historia, de vuelta hacia nuestros orígenes, este libro motiva a investigar con más profundidad sobre el tema. Los historiadores deberían tomar más en serio estos planteamientos y retomar un estudio sistemático y cuidadoso de los documentos. Por ejemplo, el fechado en 1609 que se encontraba en el Archivo de la Catedral, del cual gracias al Hermano Nectario tenemos una transcripción del original. La Alcaldía de Valencia debería ser la más interesada en promover la indagatoria histórica, incluso auspiciar la investigación en el Archivo de Indias. Ningún agota el tema, más aún cuando existen documentos inéditos sin analizar. Mientras no se despejen las dudas seguirá siendo como una fundación de Valencia que todavía no fue, parafraseando a Eduardo Galeano.
El hermano historiador
Hermano Nectario María Pralón (1888-1986), su verdadero nombre era Luis Alfredo Pratlong Bonice, nacido en la ciudad de Hyelzas, , pero profundamente venezolano de corazón. Perteneciente a la Orden de San Juan Bautista de La Salle, Educador, Mineralogista, Geólogo e Historiador. Profesor de Historia de Venezuela por más de 40 años en el Colegio La Salle. Fue miembro de la Academia Nacional de la Historia. Además de su destacada labor docente, se caracterizó por ser un investigador polémico, muy acucioso en sus pesquisas por archivos nacionales e internacionales.
A tal punto que una de sus afirmaciones más célebres fue: “el verdadero descubridor de América no fue Cristóbal Colón sino Alonso Sánchez de Huelva”. En 1955 fue comisionado por el gobernó venezolano para realizar investigaciones en el Archivo de Indias en Sevilla (España). Ese mismo año publicó un artículo sobre la fundación de Valencia, en el Boletín de la Academia Nacional de la Historia, número 150, donde cuestionaba la tradición historiográfica. Su vasta labor quedó asentada en una bibliografía de más de un centenar de , ente los que destacan: Los grandes mamíferos fósiles de la de Barquisimeto y El Megaterium Larensis, La tragedia de Berruecos, Los Orígenes de Maracaibo, La verdad sobre Miranda en La Carraca, Historia de la conquista y fundación de Caracas.
Por: Arnaldo
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