Autor: Amable Fernández
Los días que restan hasta el 7 de octubre ha precipitado a la oposición en el más risible de los ridículos. Aunque lo intenta desesperadamente, la enmudecida MUD ya no puede detener la pulverizadora derrota electoral que se le avecina.
*Escritor surmerideño
Los días que restan hasta el 7 de octubre ha precipitado a la oposición en el más risible de los ridículos. Aunque lo intenta desesperadamente, la enmudecida MUD ya no puede detener la pulverizadora derrota electoral que se le avecina.
El mundo entero se pregunta, ¿es ahora cuando los de la mutante MUD se dan cuenta que erraron en las elecciones preliminares y al escoger candidato cayeron cándidamente en las enredadas redes de quienes asesoraron ese episodio precandidatural?
Esta hilométrica pregunta la pronunció hace poco uno de los fans del candidatejo Caprierrático...
Porque es ahora -demasiado tarde por supuesto- cuando advierten que en la base mas-adeco-péyica empieza a manifestarse el runrún in crecendo de una decepción inocultable que muestra un rotundo descontento por el candidatejo preseleccionado.
Es que irreversiblemente, en las filas masadecopéyicas y sus tintes agregados, se oyen ahora frases que exteriorizan no sólo descontento, desilusión y fraude, sino una ira que la fidelidad militante había acallado por cautela.
Pero ante la evidente merma de adeptos que poco acuden a dar la cara en la campaña, en todas partes y a soto voce -los bochados- preguntan por ejemplo ¿qué estaría pasando si en vez del candidatejo Caprierrático... fuese Ramos Allup el contendor de Chávez?
Como todo el planeta sabe, en la escogencia del precandidatejo hubo ventajas y disparates. Por eso, los que ahora se preguntan o se responden, opinan que hasta el draculín Ledezma -con todo y los desmanes cometidos en su vil gestión- estaría haciendo un mejor papel que el candidatejo.
¡Lo insólito de tanta decepción es que los hasta anteayer adictos a Caprierrático... hoy echan chistes, bromas y chanzas que malponen al candidatejo!
En bancos, empresas, iglesias, bulevares, centros comerciales, reuniones jai o saraos de partido, muchos no ocultan la amargura de la derrota y...
Muchos se arrechan y sin pararrayos escatológicos lanzan tizones verbales ... Dicen por ejemplo que mejor que el candidatejo, -a pesar de los pesares- Eduardo haría un mejor honroso tercer lugar (porque todo el país sabe que detrás de Chávez va el Pueblo).
Eso dicen, e intencionalmente llaman "fraude electoral viviente" a Caprierrático.
Incluso hay quienes aseguran que inspirado en el candidatejo Caprierrático, por una clarividente corazonada, esta vez no se lanzó Eduardo, campeón en derrotas electorescas. Es mejor que Caprierrático le quite el récord al Delfín verde, se ríen.
También escuché ayer a un desilusionado ex-alcalde quejándose de la "frascura" del candidatejo. Y con sorna cacadémica un "ticher" universitario chistó que el candidatejo no daba la talla porque tomaba pastillas para adelgazar... Fue entonces cuando alguien agregó que Caprierrático... sufría del mal de la desmemoria -el aisemerolvida-, pues al falar (hablar, mal pensados) el candidatejo cometía muchos errores ortográficos, como eso de andar diciendo "yo no creo en encuestas, yo asalto en bajada..." (¡¡!!)
A última hora me enteré que un grupo de admiradores del candidatejo neocap-rosalista y asesorados por Julio Boborges estaría concluyendo y a punto de publicar clandestinamente un glosario masadecopéyico -alfabéticamente ordenado, claro- para que los semióticos de la lengua traduzcan y desenreden ese enredo en red que inició CAP con aquello de "ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario", y que Manual Rosales torció y retorció hasta desmenuzar en el hazmerreír su filosofía de la mediocridad.