Capriles estuvo reunido siete horas con la plana mayor de la ultra-derecha que funciona en Venezuela, y discutieron, arduamente, cómo proceder ante el desborde de pueblo que sigue a Maduro. Entre esa plana mayor se encontraban personajes del clero, asesores gringos y españoles.
Los dos puntos que se colocaron sobre la mesa fue: ir o no ir a las elecciones del 14 de abril. Los agentes gringos, que llevaban la voz cantante en la reunión, razonaron que de momento se debía plantear asistir al evento, porque millones de seguidores de la oposición requerían una orientación partidista perentoria ante el avasallante poder del gobierno. Que luego había que planificar una salida estratégica porque evidentemente está muy cuesta arriba vencer al candidato de Nicolás Maduro. Ahora bien, que esa salida debía estar muy bien fundamentada con hechos, con elementos jurídicos, con movilización internacional, con apoyo de los poderosos medios aliados a la SIP: medios estadounidenses y españoles sobre todo.
Un grupo de expertos en tensiones políticas, caos y desestabilización debe entregarse a diseñar el objetivo que conduzca a una salida “honrosa” del candidato. Pero que deje una estela de perturbación inmanejable constitucional y jurídicamente. Algo así como dejar sin lenguaje constitucional al la Nación.
En las manos de los expertos en estos traumas se encuentra la “airosa” salida de Capriles de la campaña. Hay que tener en cuenta que para estos crímenes en los que caen muchos inocentes, el imperio norteamericano es implacable. Otra vez se pondrá en marcha esa categoría de eventos terribles que puedan tratar de torcer el rumbo democrático de la república. Conmociones que ya hemos vivido en el pasado, o quizá mucho más refinadas y en las que se haga lo imposible por hacer ver que en ellas nada tiene que ver la oposición.
Puede ser:
1- Sabotajes eléctricos.
2- Mayor especulación y acaparamiento de alimentos.
3- Accidentes en los aeropuertos, y grandes tragedias como las de Amuay el año pasado.
4- Introducción de virus o plagas terribles.
5- Asesinato de dirigentes tanto de la oposición como de la revolución.
6- Sabotajes al metro de Caracas.
7- Pero PRINCIPALMENTE organizar alguna gran masacre de seguidores de Capriles en algún acto público, provocada por ellos mismos, que “obliguen” al candidato a no continuar en una campaña “evidentemente ventajista, sangrienta, dirigida por un oprobioso régimen dominado y supeditado al poder criminal de Fidel Castro y el terrorismo internacional”.
Alertemos a todo nuestro pueblo a no caer en provocaciones.
A mantenernos vigilantes, firmes y serenos ante las más terribles circunstancias y adversidades.
Ojo avizor, carajo.
jsantroz@gmail.com
Los dos puntos que se colocaron sobre la mesa fue: ir o no ir a las elecciones del 14 de abril. Los agentes gringos, que llevaban la voz cantante en la reunión, razonaron que de momento se debía plantear asistir al evento, porque millones de seguidores de la oposición requerían una orientación partidista perentoria ante el avasallante poder del gobierno. Que luego había que planificar una salida estratégica porque evidentemente está muy cuesta arriba vencer al candidato de Nicolás Maduro. Ahora bien, que esa salida debía estar muy bien fundamentada con hechos, con elementos jurídicos, con movilización internacional, con apoyo de los poderosos medios aliados a la SIP: medios estadounidenses y españoles sobre todo.
Un grupo de expertos en tensiones políticas, caos y desestabilización debe entregarse a diseñar el objetivo que conduzca a una salida “honrosa” del candidato. Pero que deje una estela de perturbación inmanejable constitucional y jurídicamente. Algo así como dejar sin lenguaje constitucional al la Nación.
En las manos de los expertos en estos traumas se encuentra la “airosa” salida de Capriles de la campaña. Hay que tener en cuenta que para estos crímenes en los que caen muchos inocentes, el imperio norteamericano es implacable. Otra vez se pondrá en marcha esa categoría de eventos terribles que puedan tratar de torcer el rumbo democrático de la república. Conmociones que ya hemos vivido en el pasado, o quizá mucho más refinadas y en las que se haga lo imposible por hacer ver que en ellas nada tiene que ver la oposición.
Puede ser:
1- Sabotajes eléctricos.
2- Mayor especulación y acaparamiento de alimentos.
3- Accidentes en los aeropuertos, y grandes tragedias como las de Amuay el año pasado.
4- Introducción de virus o plagas terribles.
5- Asesinato de dirigentes tanto de la oposición como de la revolución.
6- Sabotajes al metro de Caracas.
7- Pero PRINCIPALMENTE organizar alguna gran masacre de seguidores de Capriles en algún acto público, provocada por ellos mismos, que “obliguen” al candidato a no continuar en una campaña “evidentemente ventajista, sangrienta, dirigida por un oprobioso régimen dominado y supeditado al poder criminal de Fidel Castro y el terrorismo internacional”.
Alertemos a todo nuestro pueblo a no caer en provocaciones.
A mantenernos vigilantes, firmes y serenos ante las más terribles circunstancias y adversidades.
Ojo avizor, carajo.
jsantroz@gmail.com