Autor: Altamiro Pires Borges
Considero que hay mucha desfachatez a lo largo de la historia de Europa con sus divisiones y más divisiones en su conjunto o como una totalidad siempre en cambio, o sea, en el sentido de ser imposible de alcanzarse sino una articulación bajo la forma de una "asociación" de Estados, como es la "Comunidad Europea" (CE), como la máxima instancia para poder atingir un proyecto supranacional para "sociedades" que están abordadas y que están volcadas para un individualismo siempre, más grande todavía con su "mercado" difícil de ser borrado mentalmente de su ideología o su llamado ideológico como práctica e involucro vigilado. Todo su contrario, es la comunidad entendedora de los indígenas, con su vehículo comunal o como parte de un modo de ser interdependiente, o también entre los africanos aquí vueltos esclavos en su sometimiento a externas prácticas de ser vendidos por europeos (portugueses, españoles, holandeses, franceses o ingleses) las cuales buscaron -en las más grandes escaramuzas de todos los tiempos de duro coloniaje- abrir la historia que había se cerrado a través de aquellos que cargaban en su bandera la consigna de "liberar" en el espíritu al encontrar los “virtuales esclavos”, o sea, a las comunidades que eran diferentes o eran encontradas con sus vidas culturales propias.
Considero que hay mucha desfachatez a lo largo de la historia de Europa con sus divisiones y más divisiones en su conjunto o como una totalidad siempre en cambio, o sea, en el sentido de ser imposible de alcanzarse sino una articulación bajo la forma de una "asociación" de Estados, como es la "Comunidad Europea" (CE), como la máxima instancia para poder atingir un proyecto supranacional para "sociedades" que están abordadas y que están volcadas para un individualismo siempre, más grande todavía con su "mercado" difícil de ser borrado mentalmente de su ideología o su llamado ideológico como práctica e involucro vigilado. Todo su contrario, es la comunidad entendedora de los indígenas, con su vehículo comunal o como parte de un modo de ser interdependiente, o también entre los africanos aquí vueltos esclavos en su sometimiento a externas prácticas de ser vendidos por europeos (portugueses, españoles, holandeses, franceses o ingleses) las cuales buscaron -en las más grandes escaramuzas de todos los tiempos de duro coloniaje- abrir la historia que había se cerrado a través de aquellos que cargaban en su bandera la consigna de "liberar" en el espíritu al encontrar los “virtuales esclavos”, o sea, a las comunidades que eran diferentes o eran encontradas con sus vidas culturales propias.
Como no fuera poco la utilización de misioneros -como los jesuitas, uno de sus primeros conquistadores- vinieron otras entidades o instituciones a consagrarse a las labores que más se presentaban actuando con su "control social" a los de abajo, los cuales eran hostigados permanentemente a través de “instrumentos correctivas”, lo mismo que era ser lanzados a las “prisiones” promovidas por los conquistadores en sus esquemas de vida, con ello vueltos prisioneros en su propia tierras como fueron los indígenas aquí encontrados, o entonces, expulsados de las tierras originales para actuar como esclavos, como los negros de África. Tengo yo que decir -para volver más breve en esta defensa- que uno de los culpables de esa “traición de Malinche” lo veo sin dificultad en la “escuela” (sea desde “la primaria” hasta la universidad) pues nos ha estilizado el comportamiento a favor de la “occidentalización” del hombre “natural”, como dijo José Martí, que algo se parece como si uno estuviera bajo la hipnosis cuando deja su sitio, por ejemplo, el campo y transfiérase para los centros urbanos, las ciudades, como forma de ascensión social, con ello echando atrás el verdor de una vida basada en el campo con toda su “cosecha” expresada en una experiencia vivida donde se forman los manantiales “socialistas” (habla, costumbres, visión de mundo…). Como expresé en un texto (todavía estaba viviendo yo en Maracaibo), hay “agencias” propias y especializadas para la “expulsión” del hombre del campo, y hoy la ubico como una de esas agencias especiales en la “escuela”, en su sentido amplio y largo, puesto que se incluye allí la instancia “formadora” mayor que es la universidad. Su objetivo es destacar (distanciar) del “hombre simple” (“natural”) el “hombre neutral”, indiferente, pero, también, como un ser indefenso; incapaz o capaz solamente de “esperar” por las providencias que no son de suya propiamente: esperar por salarios; su mejora en la remuneración salarial para sí, en término de su categoría (su única forma de darse con el nombre de “colectivo”); ser funcionario, etcétera. Pero, viene el peor de esa postura: con ese “distanciamiento” del hombre del campo se abre un vacío cómplice: el de volver exento al latifundista de ser el impulsor de la víctima, de tornar viable la “empresa rural” con toda su verticalidad injerencista y exclusivista, basada en el individualismo que es proprio de una empresa (o de su dueño).
Un poco de esa descripción arriba para situarnos en el contexto en lo cual está viviendo Venezuela, ahora mismo con su oposición liderada como siempre desde afuera, desde E.U (Venezuela se ha constituido, por su economía abiertamente petrolera, para usar el lenguaje de cierto “especialismo economicista”, en una “economía de enclave”); entonces, no tanto sea una oposición organizada por la denominada “Mesa de la Unidad Democrática” ( MUD) –los cuales son mismos “funcionarios” a servicio del imperio norteño con sus Capriles y todos los capachos conocidos. Y Álvaro Uribe sabe muy bien de todo, del juego que está jugando cuando sale a injerirse en las cosas de Venezuela; de cuando va a la frontera o por el vecino país y envenenar o fustigar el clima a favor del imperio: cuenta con una “espiritualidad occidental” esclavista que se halla presente en la “literatura” cómplice, en” abecedario amigo” del imperio: lo mismo que enseña sobre la valoración académica de la “alfa-beta-gamma-delta” griega que van a redundar en las tendencias “elitistas” y contrarrevolucionarias de las instituciones que conspiran en contra de Hugo Chávez -más todavía, cuando se sabe que el comandante va a ganar las próximas elecciones presidenciales: ¡y ello no podía ocurrir por las vías esquemáticas occidentales y yanquis¡ Su “democracia”, como la griega y romana; occidental, por fin, no es cosa de “pobres”, “indígenas”, tampoco de “negros” y de “mulatos”; ¡no es cosa de chavistas!
La contrarrevolución está en marcha nuevamente: es cíclica. Desplazaron cobardemente a Manuel Zelaya hace dos años; a Fernando Lugo lo sacaron por un golpe descarado que entorpece el “legalismo de los legalistas”; ahora viene ese tal Uribe: agente necesario del imperialismo yanquis para hacer su escena de payaso imperial.
¡Que viva Venezuela y el comandante Chávez!
jolivpw@yahoo.com.br
Vitória (E.S.)
Brasil