La Paz/EFE
El presidente de Bolivia, Evo Morales, señaló hoy que hay un "debate interno" en su Gobierno sobre el posible retiro del país andino de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que el gobernante anunció la semana pasada.
En una entrevista con el canal estatal, Morales insistió en que la CIDH es manejada por EE.UU. para cuestionar y controlar "a los Gobiernos progresistas, antiimperialistas y anticapitalistas".
"Esta CIDH no responde a pueblos ni Estados de Latinoamérica, sino (a los) instrumentos del imperio (...) La CIDH, decide de manera unilateral contra Gobiernos anticapitalistas y antiimperialistas, financiada por Estados Unidos", sostuvo.
"Por tanto decía que hay que retirarnos, sin embargo, tenemos un debate interno, vamos a sostener este debate interno (...) Vamos a seguir evaluando ese tema, si seguimos en esa comisión o nos retiramos finalmente porque hasta ahora lo que hicieron como CIDH solo es defender al imperio y menos a los pueblos", agregó Morales.
El mandatario boliviano dijo el pasado lunes que piensa "seriamente" en retirar a Bolivia de la CIDH, órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) con sede en Washington.
Ese organismo trató recientemente una denuncia contra el Gobierno de Morales a propósito de la construcción de una carretera que atravesaría la reserva natural del Tipnis, obra a la que se opone una parte de los nativos que allí viven.
Opositores y activistas bolivianos han expresado su preocupación y rechazo al anuncio de Morales, mientras que la ONU recomendó a Bolivia permanecer en ese sistema al considerar que se trata de un "instrumento valioso" para la defensa de los derechos humanos.
Varios países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) entre los que figura Bolivia lograron el viernes en una Asamblea General Extraordinaria de la OEA su objetivo de dejar abierta la puerta a nuevas reformas de la CIDH, pero fracasaron en su intento de cambiar su forma de financiación.