"En vista del deterioro de la situación alrededor de Siria, lo preocupante es la posibilidad de que una acción militar contra ese país pueda afectar a equipamientos, sensibles desde el punto de vista de la seguridad nuclear y la no proliferación nuclear", declaró Alexánder Lukashévich, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso.
"Así, en caso de que un proyectil impacte, con o sin intención, el reactor miniatura fuente de neutrones en las afueras de Damasco, las consecuencias podrían ser catastróficas: una posible contaminación de las áreas circundantes con uranio altamente enriquecido y los productos de desintegración, así como la casi imposibilidad de garantizar posteriormente la contabilidad, el control y la seguridad de material nuclear que está en esa instalación", explicó.
En este contexto y con el fin de prevenir el desarrollo "negativo" de los acontecimientos, la Cancillería rusa "insta a la Secretaría del OIEA a responder rápidamente a la evolución de la situación y presentar a los Estados miembros un análisis de los riesgos relacionados con los posibles ataques estadounidenses contra el MNSR y otros objetos en Siria", agregó Lukashévich.
Estas declaraciones llegan en medio de la tensa situación causada por una nueva escalada en el conflicto que vive Siria desde marzo del 2011 y que se ha internacionalizado en las últimas semanas.
Así, EE.UU. pretende llevar a cabo una ofensiva militar contra Siria basándose en los alegatos de las fuerzas opositoras a Al Assad, que denunciaron que el Gobierno sirio mató a centenares de personas el pasado 21 de agosto en un ataque con armas químicas cerca de Damasco. Sin embargo, el Gobierno del país árabe ha rechazado esas acusaciones y asegura que no ha utilizado armas químicas en ningún punto de su territorio.
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