Por: Alex Vallenilla
La ola de rumores y especulaciones
sobre la salud del Presidente, que invade todas las redes sociales, es
abrumadora, se consigue de todo. Hay quienes utilizan la situación para filtrar
información real, otros que de alguna manera consiguen algunos datos, los
publican y luego son confirmados por factores oficiales en apariciones
timoratas. Otros, pura patraña e inventos.
En el aspecto comunicacional existe
un fenómeno social llamado el rumor, y teóricos han estudiado sobre el mismo.
Antes hay que reconocer los esfuerzos que el ministro Ernesto Villegas ha de
estar haciendo, porque de algo hay que estar seguro, que como periodista debe
manejar información que puede ser publicada y otra clasificada.
Desde que se supo de la situación de
salud de Chávez, y desde que Villegas asumió el Minci, el asunto ha mejorado
enormemente en relación con la gestión de Izarra ?Que no es comunicador
social-, por supuesto la diferencia priva en el profesionalismo del periodista.
Ahora bien, para que el rumor exista,
se destaca básicamente dos aspectos, la importancia del contenido que circula y
la ambigüedad de la noticia que genera la situación real que se conoce a través
del rumor. Los rumores corren en todas partes y hoy con la velocidad de las
redes sociales, es mucho más intenso, el asunto ha pasado por desapercibido sin
notar el daño que puede ocasionar.
Para que el rumor exista se requiere
de un axioma, importancia y ambigüedad. La importancia de la salud del
Presidente, no requiere mayor explicación, tanto para sus seguidores, sus
detractores y allende fronteras, el tema cumple con el primer requisito.
La ambigüedad ocurre, porque no se
produce noticias precisas sobre la situación. En principio, antes de la llegada
de Villegas, el secretismo que se manejó, se convirtió en una referencia a
tener presente cuando ahora se produce comunicación oficial. Comunicación que
es muy parca y que por la referencia anterior en diversos sectores políticos y
sociales del país, entonces se produce la desconfianza o incredulidad.
Entonces comienza a surgir el rumor,
el cual se origina de algunos voceros, que para su favor, al generar algún
dato, se confirma en la posteridad, entonces, ante la ambigüedad de la parte
oficial, las motivaciones y deseos de quienes reciben el mensaje del rumor, se
genera la transmisión a otros y así sucesivamente hasta la asimilación en sus
distintas formas, ya sea cognoscitiva o emocional.
Es allí en que está la falla y por lo
que ocurre la gigantesca ola especulativa, por demás está decir que hasta
peligrosa, sobre todo lo que se ha dicho respecto a la enfermedad del
Presidente y su actual estadía en Cuba, no se puede culpar a los colectivos que
buscan de algún modo estar informados, mientras del lado oficial, no se
logra crear un mecanismo eficaz, que permita incluso a una junta médica
autorizada a certificar la situación del paciente, el más importante del país,
de manera pública, eso ahorraría algunas dificultades en el seno interno y
externo del sector político y social. No es que necesariamente debe aparecer un
médico diciendo ilustrativamente cómo ocurrió la intervención, ni publicar
fotos, sino un parte médico oficial y serio que ponga fin a la ambigüedad que
ha puesto a diversos personeros a correr rumores de la importancia de esa
noticia.
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