Valencia, abril 28 (Daisy Linares).- La Iglesia católica basó su palabra este domingo en el amor de Dios a los hombres. En aquel mensaje de fuego de Jesús, como dice la sagrada escritura “ámense unos a otros como yo les he amado”, sean como el Padre y yo somos uno, así “el mundo conocerá que son mis discípulos”.
La iglesia cristiana evangélica dirigió su prédica en la Iglesia Maranatha a la sangre que derramó Jesucristo en la cruz para la salvación de los cristianos, y el mensaje a los venezolanos de que “la única sangre que se derramará en Venezuela será la sangre de Cristo, la que ayuda, la que limpia, la sangre que transforma”, dijo el pastor, Javier Bertucci.
Los templos en Valencia, como todos los domingos, abrieron sus puertas para recibir a los devotos que se congregaron y donde esta vez muchos fueron como respuesta a la invitación que hiciera el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, quien convocó a “asistir a los templos de cualquier credo para orar “por nuestra Venezuela, por la paz y la unión de todos”.
La feligrés, Isolina de Monzón, miembro de las cofradías de Nuestra Señora del Socorro y San Vicente de Paúl, afirmó que fue muy buena la convocatoria a las iglesias, “hace falta el llamado sincero a la unidad, porque muchas veces venimos a escuchar al sacerdote y oímos, pero las palabras no las ponemos en práctica”.
El padre Pedro De Freitas, párroco de la Catedral de Valencia, durante su intervención dijo que el amor glorificado de Dios debe estar dirigido a reconocer los méritos de los demás, “pero a veces la gloria se convierte en miseria humana caracterizada por la soberbia en los hombres”, manifestó.