lunes, 25 de junio de 2012

Es hora de acabar con la OEA


Ante el golpe que la derecha paraguaya e internacional ha llevado a cabo en ese país, la OEA se ha mostrado "preocupada", por boca de su secretario general, mientras los dueños del negocio se frotan las manos ante la caída de la primera ficha de su estrategia del dominó. Nadie se engañe, si el nombrado organismo fue creado como un ministerio de colonias por los EEUU, si este país ha cohonestado innumerables y sangrientas dictaduras a lo largo de todo el continente... ¿Cuáles acciones reales y efectivas en contra del nuevo gobierno se van a llevar a cabo con el aval de la OEA? La diplomacia estadounidense es ducha en la materia; cuando el garrote contra los pueblos no funciona del todo, o no está bien visto, se dejan doblar el brazo momentáneamente, pasan el golpe, y lo devuelven de cualquier manera más o menos sutil, pero siempre acertada para sus propósitos, como ocurrió en Honduras.
 

Si alguna reacción en contra del golpe puede dar frutos, serán las que tomen los presidentes latinoamericanos; crean que si ven amenazados sus intereses, la clase política y económica del imperio se opondrá con todas sus fuerzas. En el seno de la OEA jamás será aprobada ninguna moción que ponga en verdadero peligro dichos intereses; le darán largas al asunto, cabildearán con sus gobiernos aliados, mientras pasan los días y el gobierno golpista se consolida poco a poco. Cuando se llegue a aprobar algo, será del estilo de "Los Estados Americanos deploran... y hacen votos..."
 

Esta es la hora propicia para destruir ese parapeto, aunque algunos digan que precisamente este es el momento en que se necesita la acción conjunta de todo el continente en aras del pueblo paraguayo. Creer esto es como pensar que un sacerdote o pastor podrían entrar en una cárcel de las más violentas, reformar a los pranes e instaurar un reinado de paz y solidaridad de la noche a la mañana. Los intereses que están en juego son elevadísimos, tanto como que un capo mafioso acostumbrado a hacer  de las suyas alrededor del mundo asegure su supremacía y supervivencia, o tenga que dialogar de tú a tú con quienes cree desde todo punto de vista inferiores. Ellos están en lo suyo, van cumpliendo su ya antiguo libreto: todo el poder para mí, y si algo queda al final, el que venga atrás que arree.

La OEA es sólo una punta de lanza; se servirán de ella mientras les convenga, y nada más. Es  una cabeza de playa con las botas de guerra detrás. Sólo mostrándole los dientes en la cara sienten algo de respeto.
 
 
 
apolo.martin@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario