Caracas, marzo 6 - A continuación el comunicado emitido por las FARC-EP ante el fallecimiento del presidente Hugo Chávez:
Nadie como el Comandante Presidente, combatió tan apasionadamente por materializar el programa social del Libertador Simón Bolívar, la unidad y la dignidad de nuestros pueblos, la convicción de soberanía y libertad en su más amplia latitud.
Rindámosle tributo al extraordinario Libertador de nuestra era, tomando en nuestras manos, en nuestra determinación y movilización, el ideal supremo y humanista de un mundo mejor que arrebató su alma y lo condujo a las más admirables y ensoñadoras batallas contra los imperios que oprimen a la humanidad, siguiendo la senda que su visión estratégica nos trazara.
Al hermano pueblo de Venezuela, perpetuamente adherido a nuestro corazón, lo convocamos en esta hora luctuosa, a rodear con el más decisivo respaldo, al equipo de gobierno, al Vicepresidente Nicolás Maduro, quien recibiera de manos del propio Chávez, la fulgurante espada del Padre Libertador. Venezuela ha sido, es y será bolivariana, siempre.
A la Fuerza Armada Bolivariana, orgullo y esperanza de los venezolanos y de los pueblos del continente, nuestro llamado a defender la revolución iniciada por el presidente Chávez, con la misma resolución del Libertador, quien un día nos dijo que “aquí no habrá tiranos ni anarquía, mientras yo respire con la espada en la mano”. Hermanos del Ejército Bolivariano y de la Guardia Nacional, ustedes han estampado la firma de nuestra independencia definitiva, prosiguiendo la obra de Bolívar y de Chávez.
Como dijera Alí Primera, los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos. Chávez seguirá vivo entre nosotros, a la manera de Bolívar, quien en su delirio sobre el Chimborazo proclamara: “no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la muerte”.
Chávez vive en el pueblo venezolano y en los pueblos de Nuestra América. La paz, la justicia social, la independencia y el socialismo son un derecho de la humanidad, y debemos pelearlo hasta las últimas consecuencias, para que ninguna potencia extranjera intente siquiera mancillarlo.
Nadie como el Comandante Presidente, combatió tan apasionadamente por materializar el programa social del Libertador Simón Bolívar, la unidad y la dignidad de nuestros pueblos, la convicción de soberanía y libertad en su más amplia latitud.
Rindámosle tributo al extraordinario Libertador de nuestra era, tomando en nuestras manos, en nuestra determinación y movilización, el ideal supremo y humanista de un mundo mejor que arrebató su alma y lo condujo a las más admirables y ensoñadoras batallas contra los imperios que oprimen a la humanidad, siguiendo la senda que su visión estratégica nos trazara.
Al hermano pueblo de Venezuela, perpetuamente adherido a nuestro corazón, lo convocamos en esta hora luctuosa, a rodear con el más decisivo respaldo, al equipo de gobierno, al Vicepresidente Nicolás Maduro, quien recibiera de manos del propio Chávez, la fulgurante espada del Padre Libertador. Venezuela ha sido, es y será bolivariana, siempre.
A la Fuerza Armada Bolivariana, orgullo y esperanza de los venezolanos y de los pueblos del continente, nuestro llamado a defender la revolución iniciada por el presidente Chávez, con la misma resolución del Libertador, quien un día nos dijo que “aquí no habrá tiranos ni anarquía, mientras yo respire con la espada en la mano”. Hermanos del Ejército Bolivariano y de la Guardia Nacional, ustedes han estampado la firma de nuestra independencia definitiva, prosiguiendo la obra de Bolívar y de Chávez.
Como dijera Alí Primera, los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos. Chávez seguirá vivo entre nosotros, a la manera de Bolívar, quien en su delirio sobre el Chimborazo proclamara: “no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la muerte”.
Chávez vive en el pueblo venezolano y en los pueblos de Nuestra América. La paz, la justicia social, la independencia y el socialismo son un derecho de la humanidad, y debemos pelearlo hasta las últimas consecuencias, para que ninguna potencia extranjera intente siquiera mancillarlo.
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